¿Qué personas no sirven para franquiciados?
Es evidente que el mundo de la franquicia posee un enorme atractivo para todo tipo de personas, que en él buscan, desde la independencia empresarial al simple puesto de trabajo, pasando por la inversión a rentabilizar y/o las posibilidades (más bien utópicas) de hacerse con una fortuna.
Es evidente también, que en este mundo, donde hay mucho de ilusiones con pies de barro, no todo el mundo sirve para franquiciado. Este tema sin embargo, es algo que parece que cuesta aceptar. Probablemente mucha culpa la tengan planteamientos insuficientemente explicados, bien sea a través de diversos medios de comunicación o que bien hayan sido formulados en el curso de las propias actividades sectoriales. Aunque todo ello confunde, lo cierto es, repito, que no todo el mundo sirve para franquiciado.
Un planteamiento de este tipo puede parecer excesivamente tajante. Pero ahí está. Es innegable. Varios años dirigiendo una enseña de distribución con más de 200 puntos en España (y más de 6.000 en el extranjero) con todo lo que ello implica de análisis y resolución de los más diversos problemas, me permiten efectuar esta aseveración.
Nuestros franquiciados, que preferimos llamar licenciatarios, ya que les otorgamos una licencia que les permite, con una mínima inversión, una total libertad de venta en todo el territorio nacional, deben ser personas que tengan ganas de trabajar.
¿ Que es un planteamiento obvio? Veamos, una franquicia consiste en la repetición de un éxito ya demostrado. Bien, nuestra enseña ha desarrollado un producto que sabemos que tiene éxito y que funciona y, sin embargo, muchos licenciatarios lo trabajan a medias.
Nuestro producto es bien sencillo y se comercializa desde casa, pudiendo vender a librerías, papelerías, tiendas de regalo, etc. Estas tiendas, a las que se les dejan muestras, son las que realmente harán las ventas. Las que cada vez que haya algún pedido lo solicitarán al licenciatario. También está la venta directa en lugares de tráfico de gente (centros comerciales, turísticos, etc.), donde se vende en el acto. En este marco, nuestro licenciatario ideal es aquel que, disponiendo de unos pequeños ahorros inicia un negocio y lo saca adelante. Nosotros sólo queremos ganar dinero con él, pero no a su costa. Que venda y tenga éxito, así nos comprará más libros. Debe estar convencido de lo que vende.
Una persona que entra en una franquicia debe estar convencida de dónde se mete. No le da lo mismo una que otra. Por ello, la pregunta de fondo es, ¿ en qué momento nos damos cuenta de que un candidato a licenciatario no sirve o qué esta persona no es apta? A estos efectos reseño los que para mí son los puntos más importantes:
- La persona que conscientemente no trabaja a fondo su producto.
- La que no sabe comunicar. Ya sea con sus empleados como con sus clientes y/o sus proveedores. Mucha gente está en la franquicia porque necesita un puesto de trabajo. Pero quien busca un puesto de trabajo tampoco lo logrará si no sabe comunicar.
- Los tímidos. Los que no se atreven a presentarse en un punto de venta o a llamar a un centro comercial en Navidad. Cualquier persona que tema relacionarse con la gente, que le dé pánico ir a una papelería, dar a conocer el producto y decir que deja en depósito unos libros por los que no se debe pagar nada, que simplemente cuando haya algún pedido se lo transmita.
- Los que postergan todas las decisiones que pueden. Aquellas personas que, tras haber efectuado su inversión, dilatan todo tipo de decisiones con planteamientos como, " es que mi inversión es tan pequeña que he pensado que ya habrá mejores momentos para rentabilizarla",
- La gente que no está presionada por la necesidad de triunfar.
- El listillo que quiere enmendar todas las planas.
- El que no encuentra tiempo para dedicarse a su franquicia.
- Como la inversión de capital es muy baja hay quienes no la cuidan.
- Hay quienes compran el negocio para que se lo lleven terceros (el hijo/a que está estudiando) y se olvidan de vigilarlo. El ojo del amo engorda el caballo.
José María Neira
Director de Láser Cuentos