El Benchmarking en empresas franquiciadoras
El mundo de la franquicia está repleto de empresas que en un corto período de tiempo han experimentado un rápido crecimiento, debido a varias circunstancias que se pueden resumir en una serie de características, como un fuerte espíritu emprendedor o una gran capacidad de innovación.
Estas etapas expansivas, normalmente, y de manera natural, llevan acompasadas una serie de inconvenientes que se pueden agrupar en tres niveles distintos:
- En la central de franquicias
- En las relaciones con los franquiciados
- En el mercado en el que operan.
Fruto de esta situación se genera una diversidad de tensiones con diferente grado de intensidad que es necesario solucionar adecuadamente para consolidar este crecimiento y asentarlo.
Desde nuestro punto de vista, el benchmarking es una herramienta ideal para conseguir este objetivo y normalizar todos los procesos y actividades de la empresa franquiciadora. Se trata de la búsqueda continua de los mejores procedimientos, procesos y prácticas que se producen en el mercado con el fin de compararlos a los de la empresa en cuestión, y a partir de ahí, poner unos objetivos de mejora escalonados, que paso a paso se deben traducir en un mayor beneficio y rentabilidad.
Estas prácticas ideales que se toman como referencia no tienen, necesariamente, por qué referirse a empresas del mismo sector de actividad que aquella que se pretende mejorar, pero sí deben ser útiles para ella.
Los beneficios prácticos de la implantación de un sistema de benchmarking en una central franquiciadora son patentes desde esta perspectiva, pero además de reorganizar todos los procesos de la empresa y asimilarlos a las mejores prácticas del mercado, crea en la organización una mentalidad y una cultura de mejora continua y sostenida que es altamente beneficiosa para la misma.
Son ya muchas las empresas franquiciadoras que se encuentran en una situación similar a la descrita y que necesitan una reorientación tras un período de desarrollo que en ocasiones sobrepasa las previsiones y las capacidades establecidas.
Esta reorientación debe estar basada en unos patrones de funcionamiento que afecten a todas las áreas de la empresa y a todas las actividades en las que está implicada y que, además, le proporcionen fiabilidad y seguridad marcándole el camino a seguir para apuntalar unos inicios altamente exitosos.
A partir de aquí pensamos que es posible plantearse etapas de crecimiento posteriores, así como nuevos y ambiciosos objetivos empresariales.