El 50% de las industrias motiva a sus empleados con incentivos personales
Representan el 18% de la retribución, según un estudio de la Fundación BBVA
Individuales: los que más los aplican son las industrias aragonesas (67%) y las navarras (62%).
Colectivos: Aragón figura en cabeza, con el 22%, seguida de Euskadi, con el 15% de las industrias.
Cuantía: en los individuales, representan una media del 18% de la remuneración del trabajador, y el 19% en los colectivos.
Perfil: los aplican más las empresas de entre 200 y 500 empleados.
El 50,3% de las industrias españolas utiliza incentivos individuales para motivar a sus trabajadores, mientras que tan sólo el 10,5% recurre a premios colectivos o, lo que es lo mismo, une la retribución total de la plantilla a la cuenta de resultados de la compañía, según un informe de la Fundación BBVA. Para los expertos en asuntos laborales, esos porcentajes indican que el sector mantiene la aplicación de los sistemas salariales tradicionales, con estructuras rígidas, y deja de lado la introducción de innovaciones como el crecimiento de la remuneración variable, de la que forman parte los estímulos económicos.
Ahora bien, los cambios señalados requieren un clima laboral de entendimiento sin conflictividad y pasan por la mejora de las relaciones laborales entre la dirección y sus empleados, con mayor comunicación y confianza, aspectos en los que la transparencia de las cuentas de la empresa resulta primordial. Además, estos avances contribuirán a evitar «situaciones poco deseables desde el punto de vista social» como son el abultado índice de temporalidad y la excesiva rotación de los trabajadores.
Peso sobre el salario
El informe, titulado El pago de incentivos en la empresa industrial española pretende dar a conocer cuál es la importancia de este tipo de retribuciones en el sector. Para ello, su autor José Antonio Bayo, doctor en Administración y Dirección de Empresas, ha recurrido a una muestra cercana al millar de empresas pertenecientes a todas las áreas manufactureras y comunidades autónomas. Su objetivo, según se desprende de la presentación realizada por el catedrático Vicente Salas, es encontrar la fórmula salarial más idónea «desde el punto de vista social». Así, el texto conduce a apostar por una mayor flexibilidad interna en las empresas, que permita la polivalencia profesional, la movilidad entre los puestos de trabajo y ayude a dar respuesta adecuada y sin traumas, en un momento dado, a contingencias no previstas como podría ser un ajuste de la plantilla.
Según el estudio, los incentivos individuales suponen el 18% de la remuneración total del trabajador, porcentaje que en los planes comunes baja al 10%. En el caso de las industrias que recurren a ambos mecanismos, el peso de los incentivos es del 16% del total del salario.
El informe revela también que el perfil empresarial más proclive a impulsar esta fórmula, tanto individual como colectivamente, responde a una sociedad de tamaño medio, con una plantilla entre 201 y 500 empleados. Además, las industrias que optan por el estímulo global tienen una amplia presencia en el mercado exterior, mientras que quienes apuestan por el personal están sometidas a una escasa competencia.Representan el 18% de la retribución, según un estudio de la Fundación BBVA