La economía española se financia con ahorro del pasado.
La economia española no es sostenible. La estabilidad del modelo actual queda en tela de juicio ante el alto endeudamiento de los hogares y la necesidad de que repunte el consumo
Las Claves:
– El Ceprede cree que, cuando menos, es necesario reflexionar sobre la sostenibilidad del crecimiento económico actual de España
– El organismo considera que una subida de tipos de interés podría afectar directamente al consumo de los hogares
Los Datos:
– En el último año el endeudamiento de las familias ha aumentado cuatro puntos y sus activos financieros se han reducido en ocho
– Según Caruana, no puede descartarse que la deuda acumulada por las familias llegue a afectar al ritmo de recuperación económica
Una buena parte del crecimiento actual se está pagando con ahorro acumulado y a crédito«, señala el Centro de Predicciones Económicas (Ceprede) en un reciente informe sobre la coyuntura económica española. La advertencia que lanza el Ceprede, sin ser nueva, pone el acento en un problema largamente subrayado por el Banco de España. Aún con un crecimiento muy superior a la media comunitaria, nuestro país adolece, según señalan los expertos, de un problema de ahorro. Los españoles gastan, pero lo hacen fundamentalmente a partir de lo que han ahorrado en el pasado, no en el presente. En el último año los activos financieros en manos de los hogares se han reducido en ocho puntos porcentuales respecto del PIB.
El Ceprede explica que los hogares españoles están realizando una parte del gasto actual, tanto en consumo como en inversión residencial, con cargo al ahorro previo, al tiempo que se está produciendo una reducción de sus activos financieros y el nivel de endeudamiento de las familias ha aumentado en cuatro puntos durante los últimos doce meses.
Este comportamiento de las familias españolas está justificado por las condiciones financieras que priman el endeudamiento y desincentivan el ahorro en productos financieros a favor de otro tipo de inversiones, básicamente en vivienda. En este sentido, los tipos de interés permanecen negativos en términos reales -están por debajo de la inflación- desde el segundo trimestre del 2002.
Sin embargo, el organismo considera que un cambio en la tendencia de los tipos de interés podría generar una alteración en estos comportamientos, que iría en detrimento de la expansión, tanto del consumo privado como de la inversión residencial. De esta forma, quedaría en entredicho el gran dinamismo que mantiene el consumo de los hogares en España, especialmente intenso si se compara con el que registra la zona del euro, y que ha venido acompañado de ritmos de expansión del empleo del orden del 1,5% anual.
Hasta ahora, el consumo de las familias ha sido, junto al gasto público y la inversión en construcción, el gran responsable del crecimiento sostenido de la economía española, que ha pasado de un aumento del PIB del 2,1% a finales del 2002 a un incremento del 2,3% en el segundo trimestre de este año.
El problema es que la mayor parte de la recuperación registrada en los últimos trimestres es atribuible a la contención de la aportación negativa del sector exterior, «contención que no parece que pueda prolongarse en un entorno de estancamiento de la economía europea», dice el Ceprede, por lo que un repunte mantenido del consumo se hace más necesario que nunca para sostener este diferencial de crecimiento. Por tanto, el Ceprede advierte de que un análisis detallado de la situación actual de la economía española debería, como mínimo, «hacernos reflexionar sobre la sostenibilidad del crecimiento actual.
Problemas para el crecimiento
En repetidas ocasiones, una de las últimas, en el boletín de coyuntura de agosto pasado, el Banco de España ha advertido de las consecuencias que podría tener en el futuro el alto endeudamiento que soportan las familias, que en el primer trimestre del año se ha elevado hasta alcanzar el 84% su renta bruta disponible. El propio gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, ha reconocido que «no puede descartarse» que los volúmenes de deuda acumulados por las empresas y familias «pudieran llegar a afectar en el futuro al ritmo de recuperación económica» y, por ello, considera «deseable» que se modere el crecimiento de esta magnitud.
El Banco de España aportaba entonces una serie de datos para la reflexión. En los tres primeros meses del año, el ahorro financiero neto de los hogares ha sido prácticamente nulo y se ha mantenido en un nivel reducido, del entorno del 1,3% del PIB. En cambio, el dinero prestado por las entidades financieras sigue creciendo, con un avance interanual superior al 14%. A finales del año pasado, la deuda financiera contraída por los hogares españoles había aumentado un 14%, hasta alcanzar el máximo histórico de 448.282 millones de euros, cantidad que representaba el 64,6% del PIB.
La tesis que maneja el banco es que ahora los españoles son más vulnerables que antes a perturbaciones adversas, como un incremento repentino de los tipos de interés en un momento en que un factor de tanto peso para el endeudamiento familiar como es la vivienda, sigue aumentando de precio, y lo hace ya a tasas anuales de más del 17%.
Sobre la vivienda, el Banco de España insiste en que su precio evidencia una «cierta sobrevaloración» y, aunque cree que puede ser absorbida de manera gradual y ordenada mediante una «reconducción progresiva» de los precios hasta valores «más próximos a los coherentes», la entidad que dirige Caruana también reconoce que «cuanto más se retrase la desaceleración esperada del valor de los activos inmobiliarios, mayor será la probabilidad de que se produzca un ajuste más brusco».»