El control de Inditex a sus proveedores y fabricantes.
La multinacional somete a todos los fabricantes externos a los que contrata su producción a una doble auditoría para garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos.
Son conscientes en Inditex de la debilidad que tiene el sector de la distribución textil, que uno de los aspectos que más polémica suscita» en la actividad del retail es «el control del suministro», tal y como reconoce la empresa en el hasta ahora último Informe de Gobierno Corporativo, el del pasado 2004. Con el volumen de prendas que mueve el holding con sede en Arteixo y su dimensión mundial -líder del mercado europeo y segundo, tras la americana Gap, en todo el planeta-, el reportaje publicado por el semanario portugués Expresso sobre la utilización de niños de entre 10 y 14 años para coser zapatos de la cadena Zara en una empresa lusa a la que la compañía tiene producción subcontratada ha dado la vuelta al mundo. Inditex se ha apurado a anunciar una investigación. Y asegura que acudirá a los tribunales si se confirma el empleo de menores por parte de esta fábrica. Pasos todos previstos en el Código de Conducta de Fabricantes y Talleres Externos con los que la firma vigila desde 2001 que sus encargos al exterior cumplan con los Derechos Humanos.
¿Cómo es esa vigilancia?
Para empezar, Inditex exige a sus proveedores de América Latina, norte de África, Unión Europea, Europa extracomunitaria y Asia que cumplan su código. Una serie de principios básicos, que inciden en la persecución de la explotación infantil, la discriminación laboral o el acoso, pasando por las condiciones de salubridad del centro de trabajo. Al igual que otros minoristas y distribuidores europeos, el grupo presidido por Amancio Ortega está integrado en la plataforma Business Social Compliance Initiative (BSCI) del Foreing Trade Association, organismo panaeuropeo que diseñó una metodología para medir el cumplimiento de derechos fundamentales y laborales en los talleres con equipos de auditores externos e independientes.
A los proveedores se les informa de la existencia del Código de Conducta. Se les sensibiliza para que ejecuten «de forma voluntaria» las actividades previas a someterse a una primera auditoría.
El primer examen es, según señala Inditex en la Memoria de Sostenibilidad de 2004, «la parte más importante del proceso de verificación». Con él se pretende ayudar a la dirección de los proveedores de la multinacional gallega a mejorar el cumplimiento de la normativa laboral, social y medioambiental vigente. Los auditores hacen un diagnóstico del grado de seguimiento con tres posibles notas (bueno, necesita mejorar y crítico), en función del respaldo a los principios del BSCI, detallan las mejoras que deben incorporar a través de Planes de Acción Correctivos, y establecen un calendario para llevarlos a cabo.
Seis meses después de la realización de la auditoría, los expertos acuden de nuevo a las instalaciones del proveedor para comprobar la implantación del Plan de Acción Correctivo. Es la segunda auditoría social, siempre de manos de expertos independientes.
Con todo este proceso, Inditex redujo a la mitad su red de proveedores externos. De 2.662 talleres externos que tenía en 2004, a 1.318 en mayo de 2005, de los que, además, 344 estaban en la quinta fase del sistema de trabajo del BSCI, sujetos a una segunda auditoría, con planes correctivos en activo.
Explicaciones
La Federación de Industrias Textil-Piel, Químicas y Afines de CCOO envió un escrito al vicepresidente de Inditex, Pablo Isla, para que explique la posible utilización de mano de obra infantil en un proveedor portugués. El sindicato quiere que la empresa le explique, de forma directa, si estas denuncias están o no fundadas y en caso afirmativo que le informe de las medidas que piensa adoptar.»