La comunicación gana peso en la gestión empresarial.
La empresa no está libre de padecer una crisis. Ninguna empresa. Ni las grandes ni las pequeñas. Por eso, asegura el consultor José Antonio Llorente, todas tienen que prepararse para lo que pueda pasar. Y cuanto más agudo es el tema» -apunta- «más evidente es la ayuda de la comunicación».
El consejero delegado de J. A. Llorente & O. Cuenca estuvo ayer en la sede de la CREA en Zaragoza, en una jornada organizada por la Federación de Empresas Químicas y Plásticos de Aragón (FEQPA), para hablar de las claves para la gestión de la comunicación en crisis. Y destacó, por encima de todo, la importancia de «dar información con garantías» desde el primer momento. Ofrecer datos veraces. Con portavoces internos o externos, eso es secundario. Reaccionando rápido. Ante las personas afectadas por lo que ocurre. Ante las autoridades. Ante los medios de comunicación. Ante todos los que necesiten información.
José Antonio Llorente desplegó ante el auditorio muchos de sus conocimientos adquiridos en todo tipo de situaciones en crisis. Su experiencia con empresas que han padecido momentos complicados, desde una OPA hostil o un cambio accionarial hasta las víctimas de sabotajes o quienes han sacado al mercado porductos defectuosos, se puso de manifiesto. En su opinión, todos tienen que contar con un plan que pueda ponerse en marcha ante una emergencia. «Una empresa debe tener claro qué hacer en estos casos, porque no todas las compañías son iguales», apunta. «Unas son más abiertas que otras, y tanto una como otra postura pueden estar bien. Lo importante es que tengan todo previamente decidido».
El «factor Federico»
Las empresas, según Llorente, no deben nunca ser víctimas del «factor Federico», término que recuerda un accidente ferroviario de Renfe en el que la compañía no quiso dar información y todas las televisiones sólo recogieron la versión de un testigo presencial, un individuo de nombre Federico que dio una explicación no contrastada de lo que creía que había ocurrido.
El consultor tuvo oportunidad de «aterrizar» con casos prácticos: la gestión de la comunicación en la tragedia del Prestige, el «apagón» de Endesa en Mallorca, la caída de la red de Vodafone y el accidente de Repsol en Puertollano.»