Una inmobiliaria de Motril crea una franquicia para la venta de islas
Hasta ahora la actividad de cualquier inmobiliaria se centraba en la compra y venta de terrenos y casas. Ahora la venta de islas se puede convertir en un auténtico negocio para estas empresas. Una inmobiliaria de Motril, InmoNaranja, ha conseguido en tan sólo tres meses situarse en un mercado con una alta demanda, hasta tal punto que ahora son algunos propietarios de islas, principalmente en Chile, Brasil y Colombia, entre otros, los que se ponen en contacto con su propietario, Gabriel Medina, para que les busque un comprador para su propiedad.
A partir de febrero de 2007 Gabriel Medina lanzará oficialmente al mercado su franquicia ofertando servicios innovadores basados en la tecnología para la intermediación inmobiliaria como la venta desde dispositivos móviles, de manera que con un teléfono móvil conectado a la red, cualquier usuario pueda acceder a la propiedad que le interese comprar. Desde que pusieron a la venta este verano una isla en el Pacífico, Gabriel Medina asegura que «hemos podido comprobar que existe un nuevo nicho de negocio en el sector inmobiliario, la venta de islas», declara.
La oficina de InmoNaranja no sólo estará en la ciudad. Otra de las novedades que introduce esta empresa motrileña es la oficina móvil, que entrará en funcionamiento a partir del año que viene. Se trata de un kiosko de aproximadamente 1,80 metros cuadrados disponible para toda empresa que quiera comprarla para vender las propiedades en cualquier sitio. Tendrá forma de naranja, la enseña de la empresa y ofrecerá información a los interesados.
Además InmoNaranja abre la posibilidad de formar parte de la enseña de su propia franquicia, no sólo a otros franquiciados sino también van a permitir el co-branding, es decir, el compartir marcas con otras inmobiliarias para que de este modo las empresas ya establecidas continúen con su nombre y añadan la enseña InmoNaranja bajo el concepto único de venta de islas.
Respecto a esta posibilidad, Gabriel ya cuenta con peticiones de varias franquicias, la mayoría madrileñas, aunque también hay interesadas en Murcia o Sevilla. Aunque no puede desvelar nombres concretos, Gabriel sí asegura que entre esas empresas se encuentra «un bufete de abogados en Madrid bastante importante».
Si hablamos de precios, el abanico es tan amplio como islas hay en venta en todo el mundo. Según Gabriel Medina, la más barata cuesta 20. 000 euros y se encuentra en Nicaragua. La más cara, está valorada en 56 millones de euros, se llama Vatuvara, se encuentra en las Islas Fidji (en el Índico) y su propietario es japonés, aunque si algún interesado quiere adquirirla tendría que hablar con una empresa australiana encargada de venderla (de momento, InmoNaranja no la tiene entre sus ofertas). Otras islas más baratas son las que tienen un precio entre cien mil y trescientos mil euros.
Según Gabriel, existen dos tipos de compradores de islas. Por un lado los que buscan una isla para uso personal y de su familia, «generalmente una de reducido tamaño que cumpla con sus gustos». Por otro, ciertas empresas que lo que persiguen es invertir en dicha propiedad y sacar también tajada. Muchas de estas últimas son empresas granadinas.
Este empresario motrileño asegura haber encontrado «por casualidad» una gran oportunidad de negocio, del que, asegura, «se ha llevado grandes sorpresas», ya que ha podido comprobar como el interés por comprar una isla «cuenta con una alta demanda». Así, «entrar en una inmobiliaria, ojear los pisos e incluso comprar una isla familiar es un sueño que muchos españoles podrán materializar a principios de 2007», comenta. Muchos españoles con el suficiente dinero, claro.