La cadena de franquicias Fresh laundry analiza el sector de lavanderías de autoservicio, que está en pleno proceso de consolidación
El uso doméstico de la lavadora y secadora es mayoritario en España, pero hasta 14,5 millones de hogares carecen de estos aparatos eléctricos por separado, lo que rebaja significativamente la calidad del proceso de lavado y secado de la ropa. Esto implica que el 79% de los hogares españoles no dispone de lavadora y secadora independientes. Este porcentaje aumenta hasta el 92% en las casas en las que sólo vive una persona.
En este sentido, de los 18.346.200 hogares existentes en España, hasta 183.346 hogares ni siquiera tienen lavadora en casa. Cuando se trata de hogares en los que sólo vive una persona el porcentaje de aquellas casas sin lavadora llega al 3%, unos 137.000 hogares. Además, en comparación con otros aparatos eléctricos como el frigorífico, la secadora cada vez pierde más puntos, con una presencia 5 veces inferior en los hogares españoles.
“La lavadora es un aparato importante en nuestras vidas, pero no es nuestro hogar. El ahorro económico y energético, así como la facilidad de uso de las lavanderías de autoservicio, son factores clave que hacen que cada vez más gente opte por hacer uso habitual de este tipo de servicio”, asegura Roberto Haboba Gleizer, propietario y fundador de la cadena de lavanderías de autoservicio Fresh Laundry.
Un sector de 75 millones de euros anuales
La facturación del sector en España es de 75 millones de euros anuales y registra una inversión de 50 millones en expansión de negocio y nuevos locales, la gran mayoría de ellos franquiciados. Actualmente existen 724 establecimientos repartidos en 15 redes cadenas de lavanderías que generan hasta 2.600 puestos de trabajo.
Por otra parte, el peso de la población extranjera, sumado a la evolución paulatina de las costumbres de los españoles, también favorece que el sector de las lavanderías de autoservicio esté en pleno proceso de consolidación. En estos momentos existen hasta 5 millones de extranjeros con tarjeta de residencia en España, la mitad de los cuales provienen de países occidentales (de Europa, Norte América y Oceanía), donde este tipo de costumbres está notablemente más arraigada que en nuestro país.