Los servicios asistenciales, la gran oportunidad francesa
Entre 1996 y 2007, este sector ha duplicado su facturación, pasando de 6.000 a 14.200 millones de euros, convirtiéndose en una de las áreas con mayor crecimiento de la economía francesa en los últimos quince años. Hoy en día emplea a dos millones de personas, y desde 2006 genera más de 100.000 empleos anuales, según un informe de la Agencia Francesa para las Inversiones Internacionales.
A raíz de este auge, en 2005 se creó la ANSP (Agencia Nacional de Servicios a las Personas), cuya misión consiste en garantizar la calidad de los servicios ofrecidos por las empresas u organismos que han sido previamente homologados por la propia agencia.
Las causas de este auge se pueden deber a la reducción del coste de este tipo de servicios producida por el descenso de las contribuciones a la Seguridad Social francesa y la introducción de créditos fiscales para personas y negocios privados, que ascienden al 50% de los gastos anuales.
Por otro lado existe un sistema de pago a través de los CESU (cheque empleo &ndash, servicio universal) que ha simplificado los procedimientos de pago, y en algunos casos, pueden suponer un ahorro de los costes gracias a un plan de financiación previa.
A favor también nos encontramos que las autoridades y profesionales franceses están animando a los proveedores de servicios a las personas a adherirse a un plan de certificación de calidad con el fin de fomentar la demanda laboral en el sector. Un planteamiento que ha sido reforzado por la Directiva de servicios de la UE, que busca crear un mercado europeo de servicios libre de barreras legales y administrativas.
El estudio apunta también que debido a los cambios demográficos se espera que este sector continúe creciendo en Francia durante los próximos años. La tasa de natalidad, relativamente alta y estabilizada en torno a los 13 nacimientos por cada 1.000 habitantes (la más elevada en toda Europa en el año 2008) ha generado un incremento de la demanda de servicios de cuidado infantil. El traslado a las ciudades y la creciente incorporación de la mujer al mundo laboral han llevado a delegar las tareas domésticas y a que crezca la necesidad de contar con servicios de atención a las personas.
«En Francia, la profesionalización y el crecimiento de los servicios a las personas están creando numerosas oportunidades para las empresas (creación de negocios, asociaciones, compra de empresas o franquicias de grandes distribuidores o de compañías de servicios, como por ejemplo bancos o aseguradoras), lo que les permite incorporar los servicios a las personas a sus proyectos actuales. Las empresas extranjeras se muestran muy interesadas en esta actividad floreciente y están aprovechando la situación en Francia y la liberalización del sector en toda la Unión Europea», explica David Appia, presidente de la Agencia Francesa para las Inversiones Internacionales (AFFI).