Las ‘joyas’ de la franquicia
Cada año, los comercios se hacen eco de fechas tan señaladas como las navidades, San Valentín o el Día de la Madre. Y las enseñas que trabajan en el sector de la joyería notan en estos periodos un aumento de sus beneficios. Este mercado ha ido evolucionando a lo largo de los años, ya que al tratarse de artículos no aptos para todos los bolsillos, se han ido adaptando para ofrecer al sector de la población con menos poder adquisitivo una alternativa.
Por su parte, la introducción de la fórmula de la franquicia en el sector ha sido un factor de peso en la evolución de las empresas joyeras, que tradicionalmente se han visto como enseñas familiares y de escaso crecimiento y expansión debido al localismo que caracterizaba a las enseñas. Sus establecimientos, arraigados en una ciudad o barrio, permitían una cercanía con el ciudadano y la consiguiente fidelización de la clientela, garantes de la supervivencia del negocio.
Sin embargo, las cosas han cambiado. El público, cada vez más exigente, ya no se siente vinculado a un establecimiento en concreto ni acude a estas tiendas en busca de un artículo de lujo que marque un hito en su vida o la de una persona querida, sino que se preocupa por las últimas tendencias en moda, como si de un complemento más se tratase, valorando los puntos de venta donde satisfacen sus necesidades.
En este sentido, el sector de franquicias de la joyería y la bisutería ha experimentado una evolución en el último decenio, fruto de la necesidad de los negocios por adaptarse a los cambios sociales, a la moda imperante y a las exigencias de un público que ya no considera estos artículos como un lujo, sino más bien como un capricho ocasional.
Este sector engloba dos modelos de negocio de características muy similares en cuanto a comportamiento de compra, pero una importante diferencia protagonizada por el precio medio de los productos vendidos en los dos modelos. En ambos casos, continúa la tendencia de los últimos años caracterizada por la desaparición de los negocios de carácter familiar y la consolidación de nuevos negocios caracterizados por incorporar nuevas técnicas de venta y una imagen que se diferencia de otros negocios tradicionales de este sector.
Sigue destacando el mayor empuje de las enseñas de bisutería por sus menores necesidades de inversión y menor valor del stock inicial.
De todas las maneras, en los modelos de negocio de joyería y bisutería en la mayor parte de los casos, las centrales exigen una inversión media por establecimiento que se puede considerar asequible. Los niveles de facturación siguen siendo más que aceptables y los costes fijos no son demasiado elevados por requerirse pocos empleados y pocos metros cuadrados de superficie en los que desarrollar la actividad. Todos estos factores determinan que se de una rentabilidad mínima garantizada y que exista atractivo como proyecto de inversión.
Según la Guía de Franquicias de Tormo &, Asociados 2008, en la actualidad son 13 las franquicias que operan en el mercado, al igual que el año anterior, y con unas redes que engloban entre todas 271 establecimientos, 19 más que en 2007. De este modo la empresa se acerca a un mayor número de clientes, quienes aumentan los números de facturación de dichos establecimientos. La facturación total del sector en 2007 fue de 62.899.885 euros, según esta misma publicación, y una inversión total de 32.070.000 euros. Si atendemos a los datos medios del sector por establecimiento, la inversión por local es de 118.339 euros y la facturación de 232.103 euros. El número de empleados por centro es de 2,03 y el tamaño del comercio de 31,92 metros cuadrados.
En el caso de Emplata, franquicia especializada en la venta de artículos y regalos en plata, actualmente cuenta con 32 establecimientos operativos en el territorio nacional. Esta enseña apuesta por el diseño, la calidad y un buen precio para conquistar al público. Para montar una franquicia de Emplata es necesaria una inversión de entre 28.000 y 46.000 euros, dependiendo si conlleva o no riesgo de stock.
Fascini es otra red de franquicias que se diferencia del resto pensando en la mujer y el hombre que buscan joyas prácticas y fáciles de combinar con la ropa. Según la enseña, «Fascini se encuentra en pleno proceso de expansión. Pretendemos posicionarnos en el mercado de forma positiva, puesto que vamos a abrir unos 50 establecimientos en cinco años, apostando fuerte por la marca». Sus diseños, la forma de enfocar el producto en sí, la calidad y la garantía que ofrecen a los clientes son sus elementos más diferenciadores. La inversión para una franquicia de esta enseña es de 99.000 euros, con un canon de 12.000 euros, y requiriendo para ello un local de 20 metros cuadrados como mínimo.
Otra enseña del sector, Marisa Cano, cuenta con una experiencia de casi 10 años en el negocio de la joyería y también en el arte de franquiciar, disponiendo de talleres propios donde se trabajan los materiales y se llevan a cabo los diseños más atractivos acorde con las tendencias vigentes.»Marisa Cano diseña todos los productos que ponemos en venta, con lo cual ofrecemos al cliente un elemento que es difícil de encontrar en otro lugar», señala José Antonio Capilla, responsable de administración de Marisa Cano.
También por la especialización ha optado Silver Point, enseña de origen también español que opera con cuatro tiendas en nuestro país y que trabaja la plata como base de todas sus creaciones, ofreciendo un concepto de negocio muy fácil de gestionar y además toda clase de apoyo a los asociados desde el primer momento. Esta enseña realiza un estudio del sector y de la zona a la hora de abrir un establecimiento. Asismimo, la central ayuda al inversor a seleccionar el local más adecuado, le ofrece formación y desde el primer momento una atención eficiente en el día a día. La firma requiere de una inversión inicial de 81.000 euros, necesitando para ello una superficie de, al menos, 30 metros cuadrados.
Por otra parte, más centrada en la venta de joyas de materiales más lujosos, opera la compañía Oro Vivo. Con más de 60 tiendas en España y superando la centena en el extranjero, esta red nacional se ha convertido en una de las más importantes en el sector de la franquicia dedicada a la comercialización de brillantes y piedras preciosas, asentándose en las grandes urbes donde satisface la demanda de su público objetivo.
Las joyerías + D’Oro se diferencian de la competencia en base a su imagen, precio y la posibilidad de ubicación de joyerías en pequeñas poblaciones. Se comercializa, entre otros, artículos de oro de 18 kilates, plata y prestigiosas marcas de relojería, con los mejores precios. Esta firma, que requiere de una inversión de 157.000 euros, cuenta en la actualidad con cinco establecimientos en España.
Otra de las enseñas que se mueve en este sector es la conocida firma de lujo Tous. Esta cadena de franquicias prevé contar con 800 puntos de venta en 2012, sobre todo, en el exterior, alcanzando una facturación de unos 1.000 millones de euros. Actualmente, hay 300 tiendas repartidas por 35 países, la mitad de ellas se encuentran en España. Además, la compañía piensa crecer también en otros mercados. En el caso de Canadá desea abrir una decena de establecimientos más. Pero el mayor crecimiento se produciría en el mercado asiático. En Japón pasaría de ocho a 80 tiendas, al igual que en China, donde Tous cuenta actualmente con nueve locales. Hay que destacar que el éxito de Tous radica en la diversificación de su producto, el control de toda la cadena de valor y la continúa novedad en sus colecciones.