Los mercados emergentes tampoco son refugio para la inversión
Los mercados emergentes han sido –hasta ahora– importantes destinos de la inversión internacional. Las empresas más competitivas del mundo incluyeron estos destinos en sus planes estratégicos, tanto como centros productores como de destino de su oferta. El objetivo de sus estrategias en China o India fue asegurar un crecimiento rentable y sostenible.
La principal razón se orientaba hacia la reducción de gastos, a través de los costes en mano de obra, materiales y componentes de fabricación. Este enfoque ha ido cambiado con el paso de los años, puesto que en la actualidad se ven a los mercados emergentes como nichos estratégicos de crecimiento para productos y servicios, así como una fuente importante para la innovación.
La mayoría de los mercados de valores en Asia, Latinoamérica y Rusia han caído en las últimas semanas. Una de las razones de este hecho es el descenso de los precios de las materias primas derivada de la menor demanda de importaciones, junto con la rápida apreciación del dólar. No obstante, la pérdida de atracción de estos mercados por parte de los inversores ha sido principalmente por evitar una apuesta demasiado arriesgada en momentos en los que la economía no está en su mejor momento.
Así, el mercado de valores de Brasil, el Ibovespa, ha caído un 31% en 11 sesiones a su nivel más bajo en dos años. En India, donde los inversionistas extranjeros han sacado 10.600 millones de dólares este año, el índice Sensex ha perdido casi la mitad de su valor. Hasta Chile, la economía más estable de la región de Sudamérica, tuvo una de sus caídas más grandes en años. La bolsa rusa, vapuleada por el éxodo de capita extranjero y la guerra con Georgia, ha caído más del 60% desde que alcanzó récords de alza en mayo. De hecho, el banco central ruso ha gastado alrededor de 25.600 millones de dólares en reservas de moneda extranjera en septiembre para apoyar al rublo.
Sin embargo, China y otras economías emergentes como India y Brasil podrían contribuir a la solución del problema, puesto que tienen capacidad para impulsar el crecimiento global a partir de la diversificación de sus economías, algo que podría favorecer una mejor demanda de consumo doméstico, e impulsar la exportación, dependiendo menos de Estados Unidos. De hecho, las cifras de crecimiento de China serán muy importantes en un futuro, ya que esa nación será la que contribuya al crecimiento económico mundial.
Por otro lado, muchas son las enseñas que, sin dejar a un lado esta situación, están tomando posiciones a la espera de realizar importantes inversiones a medio y largo plazo en mercados emergentes. Un claro ejemplo es el de Comess Group. La compañía ha firmado un acuerdo con la masterfranquicia Mundiver Europa para implantar sus enseñas Lizarran, Cantina Mariachi, Pasta City y Rock & Ribs en China. A través de este acuerdo, el masterfranquiciado adquiere el compromiso de abrir un mínimo de 16 tabernas Lizarran antes de 2012 y de, al menos, 50 tabernas antes de 2015. El primer establecimiento se inaugurará en Shanghai en el primer trimestre de 2009.
Otro ejemplo es el del Grupo Eat Out. La cadena de restauración ha comenzado la conquista de India de la mano de su firma FresCo en el continente asiático. Fresco abrió el pasado 31 de julio su primer restaurante en la India, localizado en Nueva Delhi. Su entrada en India ha sido posible gracias a una joint venture con un socio local a través de una sociedad mixta. El restaurante de la Nueva Delhi será el primero de un proyecto de expansión que contempla abrir 50 restaurantes en los próximos diez años en este país.
Otras franquicias están presentes también en estos mercados emergentes, como Dia –en Brasil y China–, Mango –Brasil, Rusia, China e India–, Retoucherie de Manuela – Brasil y China– o Pressto –Brasil e India–.