Franquicias de golosinas: un negocio para todos los públicos
El sector del dulce es precisamente, uno de los que más ha crecido en nuestro país, y que mayor proyección tiene de cara al futuro. En este mercado se engloban las cadenas de franquicias y las tiendas de compra por impulso, responsables de la mayoría de las ventas realizadas. Las previsiones del mercado, según Datamonitor, se centran en el crecimiento hasta 2009 de un 19,6% durante cuatro años. El reto de las compañías de este sector pasa por adaptar sus productos y formatos de venta a un público de edad más avanzada, ampliando el target de posibles consumidores. Este sector tiene en la moda del snaking un gran aliado, ya que muchos adultos, gracias a la costumbre de “picar entre horas”, adquieren productos que se comercializan en estos establecimientos.
En 2007, las industrias pertenecientes a la Federación Española de Asociaciones del Dulce (FEAD) generaron 4.100 millones de euros de facturación, lo que supone un incremento del 5,1% respecto a 2006. El sector chocolatero, con un crecimiento del 6,6%, y el de caramelos y chicles, con un incremento del 6,4%, fueron las categorías más dinámicas, seguidos de los de panificación y pastelería de marca (5,4%), galletas (4,4%) y turrones (1,1%).
Este ligero incremento que están viviendo las enseñas de este sector, pese a la recesión económica actual, se debe a las grandes dosis de innovación y al desarrollo de nuevos productos, ya que suponen más del 5% de las ventas del sector. En 2007, la industria del dulce lanzó 1.500 nuevos productos, de los 10.000 que se desarrollan en el sector de la alimentación y bebidas. Las marcas de fabricantes son las responsables del 70% de las novedades, lo que demuestra la importancia de las enseñas para garantizar el crecimiento del mercado.
Placer, sabor y comodidad son los valores buscados por el consumidor que la industria utiliza para desarrollar los nuevos lanzamientos. A estos tres ejes se les une la necesidad de desarrollar novedades dirigidos a colectivos de población cada vez más reducidos, llamados micro-targets, como los adolescentes, familias sin hijos, singles o inmigrantes.
Los chocolates y las galletas son los segmentos con más novedades por año, mientras que los chicles y la bollería son las categorías en los que la innovación influye de forma más directa en el incremento de las ventas, aportando un 61% del crecimiento en chicles y un 46% en bollería.
Evolución del sector
El sector del dulce español se encuentra en un momento de plena expansión, persiguiendo aproximarse en los últimos años a la media europea: entre 2002 y 2007, el consumo ha experimentado un crecimiento del 14%, al pasar de 38,5 a 43,9 euros por persona, mientras, la media europea ha crecido sólo un 3%. Además, las previsiones señalan que la evolución del gasto de los españoles en confitería será la segunda más importante en Europa- por detrás de Grecia- en el período 2002-2011, con un aumento de casi el 20%.
Sin duda, el aumento de la población inmigrante en España ha contribuido de forma importante al crecimiento del sector de dulces y afines. Las cifras hablan por sí solas: este segmento de población gasta hasta un 40% más que el resto de españoles en productos como chocolate, repostería, galletas, helados, nata montada, frutos secos, croissantería, galletas rellenas… Son, por lo tanto, compradores más impulsivos y buscan novedades, lo que anima a los fabricantes a apostar por nuevos productos y que se adaptan a sus gustos.
Por otra parte, hay que destacar que se los hábitos de consumo de los españoles han evolucionado en los últimos años hacia una alimentación más saludable. Todos los sectores de la industria alimentaria apuestan hoy por ingredientes funcionales en la composición de sus productos, para aportar a los mismos un valor añadido. En el ámbito de la confitería, cabe destacar que España lidera a nivel mundial el consumo de caramelos sin azúcar.
Las cifras de facturación prevista que se manejan entre las franquicias que operan en este sector de las golosinas están entre los 35.000 y los 350.000 euros.
¿Por qué formar parte de una cadena especializada?
Un emprendedor que quiera formar parte de una enseña dedicada a la venta de caramelos y golosinas debe tener en cuenta una serie de factores positivos que acompañan a las franquicias de este sector.
La calidad y exclusividad de sus productos. Es imprescindible ofrecer a los clientes una calidad en el producto que se comercializa. La razón principal es que la mayoría de los consumidores son menores de edad o, en su defecto, son sus madres, por lo que garantizar esta calidad en los caramelos que van a tomar sus hijos es fundamental para captar clientela. La exclusividad de los productos es un factor que beneficia al empresario por ofrecer productos diferentes de lo que se encuentra en la competencia, garantizando la asiduidad de los consumidores. La innovación y el perfeccionamiento también son ventajas para que el empresario consiga obtener éxito en su negocio, por la misma razón que la exclusividad: ofrecer productos que no se consiguen en las demás enseñas del sector.
Otro factor imprescindible para conseguir aumentar la clientela y, por tanto, los beneficios de la empresa es la variedad de los productos. La venta de dulces exclusiva limita los beneficios, por lo que vender productos como frutos secos, aperitivos, chocolates, productos al peso, etc. es más ventajoso a la hora de captar clientela e incrementar las ganancias, ya que el consumidor se siente atraído por un amplio surtido. De esta forma, se abarca a un amplio público objetivo que engloba desde los más jóvenes, atraídos por la diversidad, a personas adultas que todavía disfrutan de las golosinas y frutos secos como un capricho que se consiente de vez en cuando, valorando la calidad y la sofisticación.
Atención al cliente. Es muy importante el servicio al cliente, ya que es una de las claves fundamentales para el éxito. Por ello, es necesario esforzarse en cuidar la formación de los empleados de una enseña, para conseguir que sean capaces de ofrecer un servicio de calidad personalizado de cada uno de los clientes.
La filosofía de mantener en todo momento una “sonrisa ante el cliente”, hace que comprar en cualquier tienda con esta garantía se convierta en una experiencia agradable y cercana. Esto aporta valor añadido en la relación con el cliente, sobre todo, dentro de una sociedad como la actual, dominada por las grandes superficies donde el cliente no deja de ser un número más en las estadísticas de consumo y hábitos de compra.
Reconocimiento de la marca. La consolidación de la imagen de marca, dentro de un sector altamente competitivo, como es el de los dulces y las golosinas, es un objetivo a perseguir para todas las enseñas que quieran obtener buenos resultados. El saber hacer hace que se reconozca a la cadena como una tienda sólida capaz de ofrecer una amplia gama de productos y un servicio de atención al cliente personalizado y de calidad.
Enseñas operativas
Sin duda, existen un gran número de cadenas que ofrecen una dulce inversión para aquellos interesados en entrar en el mundo de la franquicia, a través de un concepto tradicional en proceso de modernización, un mercado por ampliar y con buenas perspectivas de futuro.
Las tiendas de golosinas y dulces en franquicia también viven momentos de expansión. Como característica general, hay que destacar que sus establecimientos tienen que aprovechar al máximo su espacio, por lo que solemos hablar de pequeños locales para este tipo de cadenas.
La cadena de franquicias Onza, un gran renovador del sector, tiene su punto fuerte en sus modelos de negocio, que incluso incluye un carrito móvil apto para la venta de dulces en estaciones de trenes o recintos feriales. Esta enseña centra su actividad en la venta de caramelos y golosinas, así como algunos productos salados. La cadena, que comenzó a operar en 2001, cuenta actualmente con 18 establecimientos en España y en el extranjero.
Happy Days es otra franquicia de golosinas, que cuenta con el apoyo de importantes licencias para la elaboración de sus artículos, marcas tan conocidas como Los Simpson, Super Nenas, Bratz, Pucca, Lunnis, Sin Chan, etc. Actualmente cuentan con 18 establecimientos y sus inversión es de 100.000 euros ya que sus locales son a partir de 70 metros cuadrados. Su concepto de negocio mezcla los caramelos y dulces con artículos de regalo, refrescos, helados, etc. Asimismo, esta enseña incorpora continuamente novedades para atender en todo momento las demandas y tendencias del mercado.
Franquicias que desarrollan más puramente el concepto exclusivo de golosinas es, por ejemplo, la cadena de Tiendas K, que opera en el mercado desde 1989 y comenzó a franquiciar en 1995. Sus 9 tiendas (3 franquiciadas) están ubicadas en la zona norte de España, aunque no descartan la expansión por el resto de la península. Sus 13 años de experiencia le han valido para desarrollar un negocio centrado en la calidad de servicio y producto. La empresa se caracteriza por la calidad, exclusividad de sus productos y por su equipo humano. La inversión total que necesita esta franquicia es de 35.000 euros para la superficie de un local de, como mínimo, 25 metros cuadrados.
La Rapa es una franquicia dirigida más hacia la venta de encurtidos, aunque también contempla la venta de dulces desde sus estanterías. Con sede en Valladolid, sus 16 establecimientos, de los cuales 8 son franquiciados, indican su peso a nivel nacional. El concepto de tiendas de La Rapa es el resultado de la adecuación al moderno mercado actual de esa típica y familiar tienda de golosinas, encurtidos, frutos secos y regalos que durante toda la vida hemos encontrado en cualquier lugar del país. De ahí su inconfundible diseño rústico, combinado con la mejor tecnología tanto a nivel de equipación informática, para el control del negocio, como de técnicas de venta y calidad, para ofrecer el mejor producto y servicio al cliente. La inversión inicial que realiza el franquiciado está entre 36.000 y 60.000 euros, para un local con una superficie de 35 metros cuadrados.
Otra de las empresas especializada exclusivamente en la venta de golosinas y caramelos es Titox. Desde que comenzara hace más de 15 años a explotar las primeras tiendas de caramelos para ir formando un modelo de negocio atractivo, sus 10 tiendas propias que funcionan actualmente avalan esta experiencia. Para montar una tienda de esta marca es necesaria una inversión en torno a los 55.000 euros para un local de 60 metros cuadrados, incluyendo un canon de entrada de 8.500 euros. Establecimientos modernos y vanguardistas donde muestran tanto producto para un público infantil como una oferta de gran calidad destinada para el cliente más exquisito. Saber potenciar estas dos ramas ha permitido el aumento del abanico de consumidores. Los altos márgenes conseguidos por la central gracias al volumen de compra y trasmisibles al franquiciado hacen de esta franquicia un negocio muy rentable donde el éxito esta prácticamente asegurado.
Por otra parte, existe otro mercado dentro de este sector tan innovador, como es el del chocolate. Franquicias como Alma de Cacao destacan la importancia de la imagen del producto. Desde ella se asegura que es tan importante la calidad del producto como la presencia, puesto que la mayoría van destinados a regalo. Esta franquicia tiene como especialidad cuatro colecciones de bombones diferentes enfocadas a ser regaladas en distintos momentos. Su elemento diferenciador es la capacidad de asociar uno de sus productos a un momento de la vida del ser humano. En cuanto a sus establecimientos, cuentan con dos franquicias y otras tres tiendas propias, y su intención es abrir otras tres nuevas franquicias durante este año 2008. La inversión para abrir un nuevo establecimiento de esta franquicia es de 130.000 euros, para un espacio de 60 metros cuadrados.
Otras franquicias llegan del mercado internacional como Godiva Chocolatier que viene de Bruselas y se caracteriza por sus chocolates de exclusivas formas elaborados con ingredientes naturales de manera tradicional pero sometidos a una innovación constante, quiere compartir con emprendedores apasionados por el chocolate su saber-hacer de más de 80 años en la gestión de tiendas propias y de 15 en la dirección de establecimientos franquiciados. La inversión inicial en Godiva es de 110.000 euros (canon de entrada de 15.000 euros incluido), para boutiques de 35 m2 en áreas comerciales de alto poder adquisitivo. Godiva Chocolatier se extiende por medio de boutiques franquiciadas, presente en más de 60 países con 8.500 puntos de venta, en las que se ofrecen desde exclusivos chocolates para cada estación del año, a bebidas de chocolate individual o productos para compartir. La compañía posee dos unidades de producción en Bruselas y Pensilvania, desde donde abastece a su red de tiendas (396 propias y 166 franquiciadas en todo el mundo, de las que 18 propias y 37 franquiciadas se encuentran en Europa y Oriente Medio), a sus corners en grandes almacenes y en tiendas de aeropuertos y estaciones de tren internacionales.