El bocata en franquicia, fast food “made in Spain”
Aunque el bocadillo se suele situar como uno más entre las diferentes alternativas que propone el fast food, se trata de un producto que entre la sociedad española goza de un status diferente: el de un artículo alimenticio de calidad, que se puede degustar en muy poco tiempo -puesto que su preparación es “rápida”-, que tiene un precio más que asequible y, desde hace pocos años, que puede llegar a ser un bocado de gourmet.
Bajo esta premisa, hace tiempo que los establecimientos especializados en la preparación de bocadillos comenzaron a apostar por ofrecer una amplia oferta de “bocatas”, inventando nuevos platos con ingredientes de lo más variado y potenciando las recetas más tradicionales. Una estrategia que situó a este producto típicamente español entre las comidas favoritas del consumidor, incluso más allá de nuestras fronteras.
En un incipiente mercado nacional de la franquicia, la primeras enseñas de hostelería que decidieron adoptar esta fórmula encontraron en el bocadillo un producto que ofrecía muchas facilidades a la hora de expandir su negocio: se trataba de un plato de fácil preparación, con un know how que, aunque particular de cada empresa, era muy sencillo de transmitir y por sus características en cuanto a calidad y precio brindaba muchas posibilidades de éxito a franquiciador y franquiciado.
Con los años, estas cadenas hosteleras han evolucionado convirtiendo al bocadillo en el protagonista de su oferta o reservando a este producto un apartado muy especial en su carta, invirtiendo en innovaciones en la preparación del “bocata”, diversificando su concepto de negocio a través de la introducción de otras alternativas de comida rápida y constituyendo una imagen de marca que invita al cliente a entrar y probar. Y, en la mayoría de los casos, a repetir.
Tradición + innovación = éxito
No cabe duda de que el bocadillo es un producto de hostelería apreciado por la sociedad española: se sirve en poco tiempo, es barato y no está considerado como “comida basura” por la sociedad, sino como un alimento que se puede consumir en cualquier parte y en cualquier momento.
En este sentido, las cadenas de franquicias han descubierto la fórmula para satisfacer al cliente más exigente, cuidado el cariz tradicional del producto pero introduciendo constantes innovaciones que no hagan del plato una oferta gastronómica aburrida.
Así, las bocaterías cuentan en su haber con múltiples ventajas, muchas de ellas ligadas precisamente al tipo de producto que ofrecen en sus establecimientos. Tanto de cara a la central, como en lo que respecta al franquiciado y al cliente final, la franquicia dedicada a la venta de bocadillos ofrece numerosos beneficios que se traducen en crecimiento.
En primer lugar, una franquicia en ciernes debe estudiar el modo en que va a traspasar sus conocimientos y experiencia a sus futuros asociados, diseñando un know how que servirá para unificar el sistema de trabajo de toda la cadena y que será la base para tejer una red consolidada y que funcione bajo una unidad de criterios.
En cuanto al sistema de trabajo, muchas de estas cadenas han optado por gestionar sus establecimientos a modo delivery, mientras que otras se han decidido por ofrecer a sus clientes un servicio de mesa, atendiendo sus necesidades y apetencias y, de paso, desmarcándose del sector del fast food gracias a un establecimiento con una decoración cuidada y un servicio que no recuerda a los locales de comida rápida.
En segunda instancia, las redes suelen haber desarrollado su propio tipo de “bocatas”, escogiendo entre diferentes tipos de pan, distintos ingredientes… hasta confeccionar una carta que se va renovando constantemente y que tiene que ser idéntica en cada eslabón de la cadena. En este punto entra en juego la logística de las empresas, un sistema sofisticado para garantizar la equidad entre todas las franquicias y, lo más importante, que siempre cuentan con el stock de producto que necesitan para funcionar.
Tanto es así, que todas las cadenas cuentan con un sofisticado sistema de almacenaje de productos y un servicio de transporte que se encarga de hacer llegar la mercancía cada día a cualquier punto de la cadena. Además, la misma central se encarga de tratar con los proveedores para ajustar los costes e incluso algunas han llegado a desarrollar una industria alimenticia propia para proveerse con sus propios productos.
A pesar de todo esto, en la vida real es muy osado afirmar que el “bocata” se vende solo. En este sentido, las centrales de las franquicias invierten muchos esfuerzos por crear una imagen de marca que transmita los valores de la empresa y el estilo del producto a la sociedad. Además, a través del marketing y la publicidad, las redes potencian la presencia de su imagen, conscientes de que una buena implantación significa más ventas.
Además, sobre esto, cabe decir que, dentro su sector, las bocaterías forman parte del grupo de franquicias que más competencia encuentran, dado que existen muchos establecimientos de hostelería que ofrecen este producto. Por esto, además potenciar la imagen de marca, es importante invertir en un plato y un servicio diferentes. Son las claves para hacer frente a los numerosos competidores.
El futuro en manos de las nuevas tecnologías
Entre los retos que han de afrontar en un futuro próximo las cadenas de franquicias dedicadas a la venta de bocadillos, la implementación de nuevas tecnologías a la gestión del negocio es fundamental para garantizar el éxito de la red.
Así, algunas enseñas están empezando a utilizar tecnologías orientadas a la publicidad por canales alternativos como Internet y el teléfono móvil, enviando a sus clientes potenciales todas las novedades, ofertas y noticias relacionadas con la cadena de establecimientos.
Por otra parte, algunas enseñas, como Pans & Company, están empezando a incorporar nuevos sistemas tecnológicos para facilitar la formación de los nuevos empleados, sobre todo de cara a que el franquiciado no tenga que preocuparse de enseñar a sus nuevos trabajadores todo lo referente al día a día en el establecimiento.
A través de las últimas novedades en e-learning, los nuevos fichajes de un local podrán recibir su formación teórica a través de Internet, gracias a un programa especialmente diseñado para la cadena en cuestión.
La diversificación es otra de las estrategias que comienza a tomar peso en este micro sector, puesto que introducir nuevos productos en la carta se traduce en una ampliación del público objetivo. Pans & Company repite gracias a un proyecto que tomará forma en breve: la inclusión de kebaps y hamburguesas en su oferta.
Otro reto para las enseñas nacionales es internacionalizar sus conceptos, teniendo en cuenta las facilidades que suelen tener este tipo de negocios en el extranjero si se aprovechar la impresión que tienen en otros países de la gastronomía española y, más allá, el tirón de un producto como el bocadillo.
Si hablamos de franquicias especializadas en la venta de bocatas, tan solo la mitad de las enseñas de referencia operan actualmente en el exterior, avaladas por grandes grupos de restauración que tienen amplia experiencia en esta tarea, aunque no cabe duda de que aún queda especio para otras redes con afán de internacionalizarse.
Tantos “bocatas” como franquicias
A pesar de que pueda parecer que el bocadillo es lo que es, y no hay muchas variables que se puedan explotar en pos de ofrecer un producto que, siendo un “bocata”, es totalmente diferente, las enseñas que operan bajo la fórmula de la franquicia han sabido encontrar su hueco dentro del negocio gracias a una oferta de lo más diferenciada.
Y es que en la franquicia hostelera nacional se puede encontrar enseñas que se dedican exclusivamente a la venta de bocadillos, otras que lo complementan con otros productos, otras que explotan este producto para potenciar su imagen de marca o, simplemente, adaptan el plato a un modo de preparación que rompe con todo, en relación, por ejemplo, el tamaño.
Entre las propuestas más clásicas destaca Pans & Company, franquicia que inauguró su primer establecimiento en 1991 y a día de hoy cuenta con 183 locales en el territorio nacional y más de 70 repartidos entre otros países. ¿Su secreto? Ha convertido el “bocata” en el protagonista absoluto y ofrece una amplia gama de ellos en sus establecimientos. Ahora, la enseña se dispone a potenciar su expansión a nivel internacional y ha dado un giro al concepto diseñando locales con una decoración diferente, alejada de lo que se espera de un sitio de comida rápida.
Otra de las enseñas referencia es Bocatta, enseña perteneciente al The Eat Out Group que en la actualidad cuenta con más de 450 establecimientos repartidos por todo el territorio español y diferentes ciudades de Italia, Portugal y Andorra. Los puntos fuertes de este concepto son su afán por crear una mayor proximidad a la cultura gastronómica mediterránea, el cuidado diseño y el ambiente agradable de sus establecimientos y como la adecuada respuesta a las necesidades reales de los clientes en cada momento.
Una referencia que propone un concepto de bocatería distinto es Krunch, cervecería de ambientación centroeuropea que se ha especializado en exquisitos bocadillos (clásicos y de autor), una oferta que complementa con un amplio surtido de cervezas nacionales y de importación. Actualmente, cuenta con 16 establecimientos propios y 3 franquiciados, mientras se dispone a desarrollar un intenso plan de expansión por la zona norte, centro y levante.
Otra propuesta cuyo concepto destaca en el sistema nacional de la franquicia es Brutus, red que se ha especializado en la cocina “a lo grande”, preparando los bocadillos -entre otros productos- más grandes que existen en el mercado. Además de la peculiaridad de su negocio, Brutus ofrece una carta sencilla, bien estudiada y rentable, un ambiente divertido, una gestión totalmente automatizada realizada por el franquiciador y una actividad que ofrece rotaciones de primera línea y unos horarios de trabajo muy reducidos y con poco personal, fácil de encontrar.
Finalmente, Oh La La es una cadena que ha apostado por la variedad para complacer a su clientela. Con más de 15 años de experiencia y 44 locales en el territorio nacional, esta enseña cuenta con una amplia carta repleta de bollería, pizzas y ensaladas, montaditos, hamburguesas, platos combinados y, por supuesto, bocadillos. En su saber hacer destaca un sistema de trabajo ágil, moderno y dinámico, para garantizar el máximo servicio con el mínimo personal.