La franquicia en Turquía, gusto por la comida y la ropa
Parece que todo empezó como en otras ocasiones, hace más de 20 años, con la llegada de Mc Donald&rsquo s a tierras turcas, al menos eso es lo que defienden fuentes independientes del país. Sin embargo, desde la Asociación Turca para la Franquicia se mantiene que el origen se sitúa en 1985 con la aparición de dos enseñas locales Turyap, especializada en intermediación inmobiliaria, y Sagra Special, una cadena de pastelería, produciéndose la entrada de la enseña de comida rápida norteamericana un año después. El caso es que desde entonces, el mercado de la franquicia, tanto nacional como extranjero, ha experimentado un auge sin precedentes.
Los fast-food, pioneros
La franquicia en Turquía se usó en un principio para introducir las cadenas de comida rápida en el país. Estos establecimientos están considerados en Turquía como restaurantes familiares, especialmente los que incluyen parques de juegos para niños. En este sentido, Mc Donald&rsquo s y Burger King han sido los pioneros. En Estambul, ciudad con pocas facilidades para que los niños dispongan de espacio donde jugar, estos restaurantes con sus parques de juegos y zonas de cumpleaños suponen una buena alternativa para las familias que quieren pasar el día con sus hijos.
Después, el éxito de estos negocios empujó a otros sectores de la economía a fijarse en esta fórmula empresarial. Tras el fast food, el mercado de la franquicia en Turquía se concentró en sectores como el de la moda, transportes, servicios inmobiliarios y lavanderías y tintorerías. El creciente interés de los hombres de negocios turcos por las franquicias y la actitud de apoyo por parte del Gobierno, han sido el motor para la expansión de este mercado en Turquía.
Son escasos los datos oficiales que se conocen del sector, porque resulta complicado cuantificar con certeza el número de franquicias existentes en Turquía, y conviene aclarar por qué. Resulta que el sistema de franquicia es un término moderno para las empresas turcas y muchos fabricantes, empresas de servicios o distribuidores usan otra terminología para referirse a esta actividad y para dar a conocer su marca. Esto se debe a la mala prensa que la figura de los franquiciadores tiene en el país por las cuotas de entrada y royalties que solicitan. A esto se suma que algunas de las cadenas de franquicias que operan en el país forman parte de compañías mucho más grandes, pero a las que no se puede considerar realmente como franquicias.
Teniendo en cuenta todo esto, podemos decir que existen unas 500 enseñas operando en el país, de las que un tercio son extranjeras. La mayor parte de las marcas se concentran en las principales ciudades: Estambul, Ankara, Esmirna y Brusa.
Los franquiciadores turcos parecen menospreciar otras ciudades lo que hace que, a pesar de tener un mercado interno amplio, tengan muy pocos locales. Por ejemplo, hay zonas al este del país que comienzan a industrializarse, como es el caso de Gaziantep y Adana, donde empieza a contarse con una población con recursos económicos que podrían ser objetivo de negocios y empresas y que, hasta el momento, se está desaprovechando.
Entre el conjunto de enseñas turcas, algunas de las que gozan de mayor fama son: Hacioglu, especializada en comida rápida turca, Sampi, dedicada a la comida del Mar Negro, Beymen, de textil y moda, Kervan, especializada en textil hogar y decoración, AutoKing, de reparación de automóviles, o Dryman, especializada en servicio de limpieza en seco.
Españoles en Turquía
España está presente en este país del mediterráneo con seis enseñas, son pocas redes, en realidad, pero que cuentan con muchas unidades, un total de 341 establecimientos. La mayor parte del peso de la presencia española lo llevan la cadena de supermercados Dia, con 313 tiendas, y la firma de moda Mango, con 21. Aunque, hasta allí también han viajado Women&rsquo s Secrets, de moda íntima, que posee 4 franquicias, KA Internacional, especializada en decoración del hogar, con una tienda, Maison Decor, de textil y decoración, con un local, y Pili Carrera, de moda infantil y premamá, con un establecimiento.
En general, los sectores que presentan un mayor potencial para las empresas españolas son el sector energético, de transporte, sector turístico e inmobiliario, textil, y de automoción.
Desde que en 1995 se pusiese en marcha el acuerdo de Unión Aduanera, la Unión Europea en su conjunto es el principal inversor en Turquía abarcando alrededor del 80 por ciento de la inversión extrajera directa en 2006. Y este hecho se hace notar también en el sector de la franquicia, donde la mayor parte de enseñas foráneas proceden de Europa, seguidas de las que vienen de Estados Unidos.
En la lucha por el desarrollo de una ley turca para la franquicia se encuentra inmersa la Asociación Turca de la Franquicia. Con el fin de promover el concepto de esta fórmula empresarial, dicha asociación organiza en Estambul la Feria de Franquicia, que se celebra anualmente entre la segunda y la tercera semana de septiembre. Asimismo, imparte seminarios por todo el país, tanto para empresarios como para estudiantes. Pero, sin lugar a dudas, la iniciativa con más gancho es el programa de televisión sobre el mercado de la franquicia que la asociación emite semanalmente.
La crisis que atravesó el país en 2001 afectó también al sector de la franquicia que comenzó a recuperarse en el año 2003. Desde entonces, éste vive su momento de expansión y crecimiento, que se prevé se siga manteniendo en los próximos años. Las expectativas son bastante positivas si tenemos en cuenta que la clase media de Turquía es abundante y se encuentra en constante aumento, convirtiéndose en consumidores en potencia, y que de los 70 millones de habitantes, unos 45 millones, es decir, el 66 por ciento de la población, tienen menos de 35 años y son los que están impulsando la economía del país.
Esto hace que el interés de las franquicias extranjeras por instalarse en Turquía vaya en aumento, no sólo por el atractivo del mercado turco sino por que sirve como puente entre oriente y occidente y se ha convertido en el paso previo antes de lanzarse a otros mercados asiáticos. Por tanto, éste se perfila como un mercado emergente que ofrece amplias posibilidades a las marcas extranjeras, gracias al gusto que los turcos tienen por éstas y al deseo, cada vez mayor, de la sociedad joven turca por abrir un negocio asociado a alguna firma. Turquía es, hoy en día, un mercado aún por explotar que las enseñas españolas no deberían perder de vista.
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