La ardua tarea de buscar financiación
Para que esto no suceda, es importante conocer todas las posibilidades de financiación que existen en el mercado, así como las diferentes ayudas y subvenciones que entidades y organismos conceden en los primeros momentos.
Cuando uno toma la decisión de poner en marcha un negocio en lo primero que hay que pensar es en si se cuenta con los recursos financieros suficientes para asumir el riesgo de acometer un reto empresarial. En el sistema de franquicia, a diferencia de otras fórmulas comerciales, la central procura asistencia al franquiciado: formación inicial, apoyo administrativo, comercial y técnico, soporte en publicidad y marketing, etc. Algunas enseñas, como parte de dicha asistencia, facilitan a sus franquiciados determinadas ventajas económicas o acuerdos con entidades financieras, que hacen que los inicios sean más llevaderos para el nuevo emprendedor.
Por tanto, teniendo en cuenta que la financiación es la columna vertebral de cualquier proyecto empresarial, y tratándose del sistema de franquicia, es conveniente que exista colaboración entre franquiciador y franquiciado, en dos aspectos:
– La búsqueda de los recursos más adecuados para la puesta en marcha del establecimiento asociado, y en las condiciones más ventajosas posibles.
– La elaboración de los informes y documentación pertinentes que, a modo de plan de negocio, pueden ser presentados ante las correspondientes entidades financieras.
Por ello, cuando una persona toma la decisión de entrar a formar parte de una cadena, debe tener claro si dicha enseña le va a ayudar en la financiación o si, por el contrario, la búsqueda de capital correrá de su cuenta. En ese caso, es conveniente investigar las posibles alternativas que existen y que nos pueden dar la oportunidad de hacer realidad nuestro sueño. Entre las diferentes fuentes de las que podemos obtener la tan necesitada ayuda financiera destacan:
– Entidades financieras: la banca y las cajas de ahorro son una de las fuentes a las que se acude con mayor asiduidad, aunque sin la presentación de avales o garantías es una opción inviable.
Actualmente, las enseñas que ofrecen ayuda a sus franquiciados lo hacen mediante la firma de acuerdos de colaboración con distintos bancos o cajas de ahorro, con el objetivo de poner a su disposición una amplia variedad de productos financieros, en condiciones ventajosas.
Las entidades financieras van a exigir al franquiciado una serie de requisitos para la concesión de dichas ayudas y créditos. Lo primero de todo es aportar un Plan de Negocio así como un Plan de Financiación donde quede reflejado el concepto de negocio, la oferta, la estructura de la franquicia, la inversión necesaria o la rentabilidad esperada del negocio entre otros aspectos. Asimismo, el franquiciado deberá acreditar su patrimonio y contar con un capital propio de al menos el 30 por ciento de la inversión. Para cualquier proyecto empresarial que se inicia es necesario hacer “muchas cuentas” y analizar la posible facturación que el negocio generará para poder calcular el modo y el tiempo en el que se realizará el pago de la deuda contraída con dichas entidades financieras.
– Entorno propio: lo que tradicionalmente se conoce como el grupo de las “3 f” (family, friends and fools), es decir, familia, amigos y locos. Se trata de una de las primeras posibilidades que se baraja. En caso de llegar a un acuerdo o recibir ayuda por su parte, es conveniente aclarar las implicaciones de dicho trato y fijar las responsabilidades y competencias de cada una de las partes, con el fin de evitar malos entendidos en un futuro.
– Ayudas y subvenciones oficiales: en todas las economías existen organismos, casi siempre de carácter público, que tienen como una de sus funciones otorgar apoyo a la creación de empresas y al desarrollo de pequeños y medianos negocios.
Habitualmente, estas ayudas son de carácter financiero, a través de créditos a tipos de interés preferencial, incentivos fiscales o intermediación con agentes de la financiación profesional.
Entres dichas administraciones o instituciones destacan las cámaras de comercio, la Dirección General de la Pequeña y Mediana Empresa, el Instituto de la Mujer o el Instituto de Crédito Oficial.
Y destinadas a las empresas se encuentran:
– Obtención de deuda: distinguiendo entre la deuda a corto plazo (menos de un año), que sirve para financiar el fondo de maniobra necesario para desarrollar las operaciones propias del negocio, y la deuda a largo plazo (entre uno y cinco años), aplicada a aspectos de mayor calado como son compra de terrenos, instalaciones, máquinas…
– Aportación de capital: se trata de una cesión de acciones de la compañía, a cambio de la cantidad aportada por el nuevo socio entrante.
– Leasing: es un instrumento financiero que permite al empresario la financiación, a medio y largo plazo, de activos fijos mobiliarios e inmobiliarios.
– Factoring: consiste en alcanzar un acuerdo entre una empresa de factoring o factor y otra a la que la primera presta servicios tales como cobertura de riesgos, financiación, cobro de facturas y administración de éstas. Además, suele estar dispuesta a adelantar el dinero correspondiente a un elevado porcentaje de las deudas.
– Business angels: esta figura define a profesionales que financian nuevos proyectos empresariales. Actúan como pequeñas sociedades de capital riesgo, si bien aportan cantidades de dinero inferiores a éste, por lo que deben entenderse como fuentes complementarias de otras, a la hora de crear y hacer crecer una empresa.
Por todos es sabido que ni bancos ni cajas de ahorro “regalan” su financiación a cualquier proyecto empresarial sin los avales necesarios. Por eso, es importante que las franquicias desarrollen estrategias y acuerdos encaminados a salvar el obstáculo financiero del franquiciado en los primeros momentos. Es cierto que cada vez existen más acuerdos de colaboración, poniendo a disposición del franquiciado diferentes tipos de préstamo para: la compra, reforma o acondicionamiento del local, el pago de los derechos de franquicia, la dotación de existencias en la apertura, etc. En resumen, existen diferentes vías para obtener el dinero necesario para poner en marcha un negocio, tan sólo hay que informarse y llamar a todas las puertas.