Sector de energías renovables, franquicias contra el cambio climático
La preocupación por el medio ambiente y el desarrollo sostenible ha impulsado la creación y el crecimiento de las empresas dedicadas al suministro de energías alternativas, menos nocivas para el entorno natural. En un corto espacio de tiempo, el mercado de la franquicia ha dado la bienvenida a un nutrido grupo de enseñas que, en sus diferentes campos de actividad, ofrecen negocios rentables para luchar contra el temido cambio climático.
No se trata de una moda, prueba de ello es la creciente preocupación de las administraciones públicas y las empresas privadas que se traduce en fuertes inversiones para desarrollar nuevas energías renovables que supongan un ahorro energético y no perjudique el medio ambiente.
El protocolo de Kyoto, compromiso adquirido por parte de la comunidad internacional para frenar las emisiones de gas invernadero, entre otras medidas, es una prueba del movimiento que se está desarrollando a nivel mundial para frenar el cambio climático. Una necesidad íntimamente relacionada con el ahorro y la utilización de energías limpias que no dañen la atmósfera.
Solo el año pasado, las diez compañías productoras de energía que operan en el extranjero facturaron algo más de 175 millones de euros. Una cifra que tiene todos los visos de continuar creciendo hasta duplicarse en 2008, según apuntan los estudios realizados al respecto.
El mercado de la franquicia acoge actualmente un modesto grupo de enseñas que operan en distintas áreas de actividad, desde la instalación de la tecnología necesaria para producir energía eólica, solar… hasta el comercio de un sistema de calefacción ecológico. Toda una serie de oportunidades enfocadas a preservar el medio ambiente y colaborar en la creación de un entorno sostenible en el futuro.
Negocios que se renuevan y crecen
Las cadenas de franquicias que ofrecen su negocio de energías renovables han sabido aprovechar el tirón del sector para incorporar nuevos productos y servicios a su concepto, aumentar su volumen de ventas y desarrollar, por tanto, una estructura de red que permite el crecimiento en número de establecimientos adheridos.
Actualmente, un total de nueve proyectos empresariales han enfocado su expansión a través de la búsqueda de socios franquiciados. Casi una decena de conceptos de reciente creación que basan su negocio en la venta de productos o servicios fruto de una ardua investigación, con el valor añadido que esto conlleva.
En número de establecimientos, el sector de la energía renovable en franquicia está representado por unos 150 locales o delegaciones de las centrales que organizan el trabajo en su zona o, en otros casos, almacenan y desarrollan la tecnología necesaria para instalarla allí donde sea requerido.
Se trata de un conjunto de enseñas cuya inversión inicial es moderada, ya que oscila entre los 7.500 y los 60.000 euros, estableciéndose la media en torno a unos 40.000 euros para poner en marcha el negocio. Canon de entrada, royalties de explotación o publicidad… son gastos añadidos a estudiar en cada caso, aunque muchas de estas oportunidades han suprimido su pago para favorecer el desarrollo de la red.
En cuanto a las características del local destinado a oficina, la dimensión media se aproxima a los 60 metros cuadrados, siendo preciso ubicar este espacio en una población o comarca de más de 50.000 habitantes aunque no se exige que esté en una zona de primera línea comercial. En caso de que el franquiciado desee instalar su propia huerta solar para vender su energía a otros proveedores, deberá contar con un terreno de mayor extensión, adecuado para albergar la instalación.
Negocios sin derroche de energía
A pesar de que estas franquicias no cuentan con más de 10 años de experiencia como empresa, se trata de conceptos ampliamente desarrollados que han sabido aprovechar los avances tecnológicos de los últimos tiempos en materia de energías renovables, creando unas oportunidades novedosa dentro del sistema de franquicias.
Aunque operan en un sector de actividad muy homogéneo, cada red de franquicias ha sabido desarrollar sus propios productos y servicios. Así, algunas se dedican exclusivamente a proveer de energías alternativas a las viviendas, instalando paneles solares, nuevos sistemas de calefacción ecológica e incluso tecnología para aprovechar el viento… mientras que otras invierten su trabajo en montar huertas solares, como grandes espacios que pueden proveer de energía a empresas de otros sectores, etc.
Grupo Enerpal, enseña pionera en el sector que comenzó a operar en 1997, se ocupa de la venta, diseño y montaje de instalaciones de energía solar fotovoltaica, energía solar térmica y energía eólica. Actualmente cuenta con 42 franquicias operativas y continúa desarrollando su expansión como una de las compañías referencia en el sector.
Otro ejemplo es el de Calor Verde, cadena que comenzó a operar como empresa y franquicia en 2006 y que centra su negocio en la venta e instalación de un sistema de calefacción que funciona por infrarrojos a distancia con nanoplata. Una tecnología punta que permite ahorrar entre un 30 y un 50 por ciento en el consumo energético y además no calienta el aire como otros sistemas, resecando el ambiente y perjudicando la salud de los usuarios, sino que calienta directamente los objetos, los seres vivos… con los consiguientes beneficios.
Eurener, en su caso, se ha especializado en la venta e instalación de energía solar y ya cuenta con más de 40 delegaciones de su negocio en el territorio nacional. Con una experiencia de 10 años en el sector, esta enseña se ocupa de desarrollar de forma gratuita los proyectos, tramitar las subvenciones que correspondan y calcular la instalación… en definitiva, de todo el proceso hasta que la tecnología está montada.
Por su parte, Prosolar se define como una oportunidad muy versátil en su concepto, ya que se abarca todas las operaciones de proyectos, promoción, distribución y comercialización, ofreciendo al franquiciado un negocio con varias fuentes de ingresos y la tranquilidad que ello conlleva. A pesar de ser una cadena joven que comenzó a operar en 2005, ya cuenta con casi 20 franquicias en el territorio nacional, especializadas en energía solar y otras alternativas.
Sunenergy comenzó a operar el año pasado como franquicia y actualmente cuenta con 5 establecimientos propios, en los que ofrecen soluciones de ahorro energético y un sistema de climatización de espacios basado en las nuevas tecnologías. Así, esta enseña ha desarrollado un modus operandi particular para hacer frente a la creciente demanda de ahorro de energía o sustitución de las clásicas.
Unisol ha desarrollado un concepto en torno a la idea de huerta solar, como una instalación fotovoltaica que utiliza el sol para generar electricidad a través de paneles solares. Con 6 delegaciones de su negocio en activo, 4 de ellas franquicias, se presenta como una oportunidad que ofrece unas perspectivas de futuro muy positivas.
Además de las mencionadas operan en el sector Energicverd e IngenieCoProspectiva, dos alternativas que exigen una inversión inicial que no llega a los 10.000 euros como complementos de otros negocios relacionados con las energías alternativas.
Ventajas y retos de la energía en franquicia
Una de las principales ventajas de pertenecer a una cadena de franquicias consolidada es el tener a disposición desde el primer momento todas las orientaciones y consejos que son útiles para poner en marcha el negocio. En concreto, la formación que ofrece la central permite al franquiciado conocer de primera mano como se gestiona este tipo de negocios.
Además, es importante conocer todo lo que está relacionado con el concepto, en qué consiste el producto, como se vende y se desarrolla, qué servicios complementarios hay que prestar… En este sentido, la central traspasa al franquiciado su saber hacer o know how, sistema de formación que además es continuo, ya que la empresa se ocupará de informar a su socio de nuevos productos, en que consisten… a través de seminarios y otras fórmulas.
Sin duda, la investigación es el motor que hace avanzar este sector y pertenecer a una gran compañía brinda al franquiciado la oportunidad de beneficiarse de los descubrimientos que haga la empresa, fruto del importante esfuerzo que hacen las energéticas en materia de I+D. Es decir, la central está realizando constantemente una inversión para investigar y desarrollar productos y servicios que beneficiarán al franquiciado.
Los contratos ventajosos que la central mantiene con los distribuidores y proveedores del material también benefician a cada franquiciado, que obtiene lo que necesita para realizar las instalaciones a precios especiales.
Por último, los productos y servicios que presta este sector, al realizar una actividad que colabora con el cuidado del medio ambiente, son susceptibles de obtener subvenciones de las administraciones públicas.
En este sentido, las centrales de franquicia conocen muy bien los trámites a seguir y las ayudas que pueden beneficiar a su socio y los clientes de este en un momento dado, conocimiento que traspasan también al franquiciado ayudándole a consolidar su negocio y su cuota de clientes. Así, de acuerdo con la normativa vigente, el responsable de una franquicia se beneficia de las subveciones que las administraciones dan a este tipo de negocios y las que prestan a los que compran estos productos.
En el otro lado de la balanza, las enseñas se enfrentan al reto de popularizar estos sistemas de energías renovales en la sociedad, poco concienciada con el ahorro energético y poco familiarizada con las instalaciones de este tipo para proveer su propio hogar.
En este sentido, estas cadenas de franquicias deberían potenciar el uso que hacen de las herramientas de marketing y promoción para darse a conocer en la sociedad. A día de hoy, no son muchas las personas que conocen este tipo de empresa. Ni su imagen, ni su nombre, ni su actividad… resultan familiares, por lo que es necesario invertir en publicidad y refuerzo de la imagen corporativa para que este tipo de negocios sean a todas luces parte de la sociedad y su día a día.
Implicar más aún a las administraciones públicas es otro asunto pendiente con el objetivo de que el interés por implementar estas energías no se quede en una mera adaptación a la normativa comunitaria y colaboren intensamente en la proliferación de estas instalaciones en edificios públicos, para dar ejemplo, y en viviendas a través de la regulación en la construcción.
Finalmente, continuar invirtiendo esfuerzos en investigación y desarrollo de nuevas energías y sistemas de explotación de las mismas es fundamental para continuar avanzando en el ahorro energético y la evolución de las renovables.
En definitiva, poner en marcha uno de estos negocios significa colaborar con el cuidado del medio ambiente, gozar de una buena imagen de cara a la sociedad, concienciada en este asunto, aprovechar las subvenciones que prevé la administración para este tipo de negocios y gestionar una oportunidad con una importante proyección de futuro.