Sector fotografía, franquicias con objetivo
El mercado de la fotografía se enfrenta actualmente al reto de la rápida evolución de las nuevas tecnologías, un constante desarrollo de nuevos productos y servicios que exige a las empresas un esfuerzo para no quedar obsoletas y perder a sus clientes potenciales. En este sentido, las cadenas de franquicias se presentan como la mejor alternativa para hacer frente al objetivo de “estar a la última”, gracias al apoyo que prestan a sus asociados en forma de investigación, creación de tecnologías propias y formación en técnicas novedosas que les diferencian de su competencia.
El sector de la fotografía en España ha pasado de componerse por numerosas empresas familiares a una cifra reducida de grandes compañías y, por otra parte, de ofrecer los productos y servicios típicos relacionados con la actividad a ofertar todas las novedades que la era digital ha incorporado al mercado.
A pesar de que hace unos años se temió por el futuro del sector, que veían en la fotografía digital una amenaza para sus negocios, el tiempo a demostrado que estos negocios han sabido hacer frente a los cambios, invirtiendo en investigación -una de las ventajas de pertenecer a una gran cadena- e implementando servicios de última generación que atraen a la clientela.
La exigencia de adaptarse siempre a la incesante evolución de las nuevas tecnologías y, por supuesto, a las necesidades del cliente, estos conceptos de negocio han aprendido a explotar diversos nichos de actividad que hasta hace poco estaban por descubrir.
De esta manera, además de artículos relacionados con la fotografía -conformados por cámaras y demás tecnología- es habitual encontrar en estos locales servicios de revelado especiales, restauración de imágenes antiguas, elaboración de reportajes para eventos, fotografía digital y aérea, e incluso la posibilidad de imprimir una imagen en, prácticamente, cualquier superficie.
Un sector atomizado pero competitivo
A pesar de que podría pensarse que un mercado formado por pocas enseñas no ofrece mucha competencia, la actividad que analizamos y sus características intrínsecas obligan a estas cadenas a esforzarse constantemente por ofrecer lo último y ajustar los precios de sus servicios para atraer a la clientela.
Hoy en día operan en el mercado nacional un total de 7 cadenas de franquicias a través de 642 establecimientos, unas cifras que contrastan con las que se registraron a principios de 2006, con 8 redes creciendo bajo este sistema y 700 puntos de venta funcionando.
La desaparición de dos cadenas del sector de fotografía en franquicia, que decidieron desmarcarse del sistema para dedicar una nueva etapa a consolidar su red, y la incorporación de una nueva enseña que da sus primeros pasos en este mercado, se han saldado con un descenso en el número de locales que se contabilizan, no debido a su cierre sino a que ya no operan bajo el régimen de búsqueda de asociados.
Según el análisis de la franquicia en 2007, realizado por la consultora Tormo & Asociados, el conjunto de las enseñas que participan en el sector de fotografía alcanzaron el pasado ejercicio un nivel de facturación de 118,1 millones de euros, realizando una inversión de casi 41,5 millones de euros.
Analizando las características de un establecimiento tipo, la facturación anual ronda los 185.000 euros, mientras que la inversión que se realiza -sobre todo en la adquisición de últimas tecnologías- se aproxima a los 65.000 euros de media, rondando los 5 años el periodo de duración del contrato entre la central y el franquiciado.
La inversión inicial media que se necesita para montar una tienda en este sector se acerca a los 45.000 euros más un canon de entrada que se sitúa en los 9.000 euros. Los royalties de explotación no suelen ser muy habituales, en parte porque se trata de una actividad que dificulta el control de la facturación por parte de la central, así como tampoco se estila la exigencia de pagar por la publicidad que desarrolla la marca.
El local es uno de los puntos fuertes que tiene este tipo de negocios, ya que con unos 30 metros cuadrados de superficie se puede llevar a cabo la actividad, lo que abarata en gran medida los costes de poner en marcha la franquicia. Además, la población mínima para acoger el local se aproxima a los 15.000 habitantes en la mayor parte de los casos sin que sea necesario situar el espacio en una zona de primera línea comercial.
Servicios fotográficos que marcan la diferencia
Dado la elevada competitividad que sufren las enseñas del sector, cuyos productos y servicios son bastante homogéneos, diferenciarse se ha convertido en la mejor estrategia para llamar la atención del público y establecer el primer contacto antes de pasar a fidelizar a la clientela.
Cada una de las 7 cadenas de franquicias que operan en el mercado nacional ha incorporado servicios que suponen un valor añadido a las actividades convencionales, imprimiendo una identidad ligada a la imagen de la marca que les diferencia del resto.
Por su larga trayectoria en el sector de la fotografía y también de la franquicia destaca Fotoprix, cadena que nació y comenzó a ofrecer su concepto en 1981. Con 270 establecimientos operativos en el territorio nacional, ha demostrado en los últimos tiempos un afán por explorar mercados internacionales, instalándose en Andorra y Portugal mientras estudia exportar su concepto a Francia.
Interfilm, con más de 20 de experiencia en esta actividad, es otra de las cadenas que ha conseguido consolidar una extensa red formada por 150 puntos de venta, además de instalarse en mercados extranjeros. Especializada en fotografía digital, esta cadena ha invertido muchos esfuerzos en construir un sistema de producción y distribución propias que tiene como consecuencia que el franquiciado obtenga todo lo que necesita de la central, sin tener que recurrir a terceros.
Otro de los gigantes del sector es Foto-Sistema, cadena que comenzó su actividad en 1977 y que a día de hoy cuenta con 140 establecimientos operativos en el territorio nacional y 8 en el extranjero. Inmersa en un intenso periodo de expansión, la cadena tiene previsto continuar inaugurando establecimientos hasta alcanzar los 200 en un breve espacio de tiempo.
Atendiendo a la estrategia de diversificación no podemos dejar de mencionar a Trimage, cadena de franquicias que se ha especializado en la realización de foto esculturas en tres dimensiones e impresiones de imágenes en elementos publicitarios, como imanes y llaveros. Con 47 tiendas operativas, se trata de un concepto que sigue atrayendo a inversores y clientes.
Por su parte, Dinamix opera con 6 tiendas en España y 2 en el extranjero, mientras se dispone a proseguir con sus planes de expansión. Como novedad, esta cadena se ha especializado en ofrecer productos innovadores que ha desarrollado en sus laboratorios, como por ejemplo servicios que permiten imprimir varias imágenes personalizadas del cliente y darles movimiento, añadir logotipos de empresas y otros tipos de mensaje o texto…
Como la única red extranjera que opera en nuestro país se presenta Balloide-Photo, enseña francesa que aterrizó recientemente en España con su concepto de productos y servicios de fotografía a la última y que ya cuenta con 2 tiendas.
Finalmente, con un concepto diferente pero formando parte del sector opera la división de MRW dedicada a la fotografía aérea: MRW Fotografía Aérea y Globos Publicitarios, una red de franquicias que está presente en nuestro territorio con 17 puntos de venta y también en los mercados de Bélgica, Alemania, Portugal, Ecuador y México.
Toda una serie de negocios que, relacionados con la fotografía, se han esforzado por incorporar entre sus servicios las novedades que constantemente presenta el mercado y que constituye su mejor baza para desmarcarse del grueso de empresas que se dedican a esta actividad.
Las franquicias “revelan” sus ventajas
Mantener un negocio de fotografía puede resultar difícil hoy en día si no se cuenta con el apoyo de una gran compañía, debido a la competencia, las elevadas inversiones que supone renovar constantemente los productos acorde a las nuevas tecnologías y los costes que suponen desarrollar nuevos servicios de manera independiente.
Entre las ventajas que ofrece contar con el respaldo de una central destaca la posibilidad de contar con un departamento de I+D al servicio de la red y cuyo objetivo es desarrollar nuevas técnicas y tecnología exclusiva, por ejemplo de revelado, enfocados a ampliar la oferta a los clientes potenciales.
Como ya hemos comentado, diversificar es el primer paso para llamar la atención del cliente, mientras que ejecutar campañas de promoción, publicidad… continúa siendo la mejor manera para fidelizar al público asiduo. De hecho, es bastante frecuente desde hace años que la tienda obsequie al cliente con carretes de regalo, ampliaciones, álbumes, etc. una estrategia que, con el respaldo de una central potente, puede ser más efectiva.
A este respecto, hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías brindan la oportunidad de llevar a cabo acciones para fidelizar a la clientela, ofreciendo servicios de revelado desde el teléfono móvil, utilizando el correo electrónica, la impresión on-line…
Sin duda, otro punto fuerte de este tipo de conceptos radica en los escasos metros cuadrados que se necesitan para desarrollar la actividad. Con tan solo 30 metros cuadrados se puede acondicionar una tienda de fotografía, una superficie que abarata mucho la inversión inicial teniendo en cuenta el precio del ladrillo.
Finalmente, otra de las claves del sector es la formación de los franquiciados. Las centrales articulan su red de locales en torno a un saber hacer consolidado, fruto de años de experiencia e investigación. De esta manera también se consigue ofrecer un servicio homogéneo y de calidad que queda asociado a una imagen de marca, una ventaja que las cadenas están empezando a implementar en su estrategia de crecimiento.
Los retos del sector
En un mercado donde los cambios son frecuentes, las empresas se enfrentan constantemente al reto de adaptar sus productos, servicios y saber hacer con la finalidad de no quedarse atrás en el reparto del pastel.
La introducción de tecnologías alternativas es uno de los escollos que tienen que salvar las cadenas de franquicias, ya que hoy en día es bastante frecuente que el usuario no necesite siquiera acercarse a la tienda para archivar o revelar sus fotografías a través de dispositivos periféricos. Por esto, las compañías deben saber reaccionar e incorporar a su oferta estos servicios de forma más rápida y a buen precio.
Por otra parte, queda patente que la instauración de nuevos conceptos de negocio complementarios y la exploración de nuevas actividades aún por descubrir es otra de las bazas que las empresas tienen que investigar. De un tiempo a esta parte, es muy común que casi todas las redes de franquicias implementen servicios novedosos que se relacionan con la fotografía pero también con otros sectores, como el del regalo.
Finalmente, la apertura de nuevos mercados es un as en la manga para las cadenas en proceso de expansión. Instalarse en Latinoamérica y el Este de Europa es otra posibilidad para asegurar el crecimiento de una marca, que puede ser pionera en el sector en países que no han desarrollado esta actividad al nivel que conocemos.
En definitiva, el sector de las franquicias que se dedican a la venta de productos y servicios fotográficos está caracterizado por su atomismo, una elevada competencia y la exigencia de hacer frente constantemente a las novedades, aunque es la mejor opción para aquellos inversores apasionados de las nuevas tecnologías que quieren gestionar su propio negocio de cara al público y no se asustan ante la incorporación de nuevas formas de desarrollar la actividad y la originalidad que estas promueven.