Tendencias: Del fast-food al fast-good

El concepto fast-good ha entrado de lleno en la restauración española. Dos grandes cocineros de nuestro país, F. Adriá y M. Sandoval han creado las sendas cadenas de restaurantes prometiendo deleitar a sus clientes con comida elaborada pero adaptada a la vida de las grandes urbes.

Esta nueva tendencia pone de manifiesto la preocupación por parte de los consumidores de acceder a una comida rápida de calidad. De forma inversa, las grandes cadenas del denominado fast-food, tan denostado hoy día, están virando su estrategia de producto hacia la comercialización de un menú más sano basado en una dieta más mediterránea. Así, conocidas marcas como Mc Donald´s, Burger King o Telepizza introducen modificaciones en su carta destinadas a obtener una mayor confianza del público o reivindican la calidad de la materia prima utilizada. Tan sólo KFC se mantiene en sus trece y no cambiarán un ápice su menú.

Y es que la comida tradicional americana, basada en la hamburguesa y que tan bien ha funcionado hasta ahora, lleva un tiempo siendo puesta en tela de juicio por los medios de comunicación y sufriendo serios reveses con campañas en su contra. Como ejemplo, &quot Super Size Me&quot,, el documental en que se narraba cómo un consumidor accedía a mantener su dieta a base de McDonalds exclusivamente con peligrosos resultados finales para su salud.

En la base de esta nueva tendencia están sin duda las demandas de un producto de mayor calidad, más sano y equilibrado y el concepto de comida como disfrute de los sentidos por parte del público de forma que no solo juega un papel importante la comida en sí sino también la forma de presentación o el entorno en el que disfruta la comida.

Para F. Adriá, es una apuesta por la cultura gastronómica «Fast Good no está hecho con vocación de negocio, sino como una apuesta social para ofrecer algo moderno, urbano, rápido, asequible y de calidad. éste es el principio. Si la gente lo entiende y lo aprecia, abriremos más&raquo,. El desarrollo se plantea vía la cadena NH Hoteles, y ya ha comenzado la expansión internacional. Santiago de Chile ha sido la primera plaza en caer rendida a los pies de este nuevo concepto de restaurante.

En lo que se refiere a M. Sandoval, la expansión se realiza mediante la fórmula de la franquicia. Aunque el planteamiento inicial fue el de abrir 25 establecimientos en cinco años los buenos resultados han dejado cortas estas expectativas y parece que se obtendrá esta cifra bastante antes de lo proyectado. Para Juan Páramo, socio y director de la cadena, «la restauración crece de la mano de los cambios de tendencias, de los nuevos gustos y de los hábitos de los consumidores, por lo que en los próximos tiempos nacerán nuevos conceptos que respondan a la necesidad de cuidarse y de disfrutar de una sabrosa comida», en definitiva, &quot hablamos de cocina de elaboración lenta y servicio rápido&quot, (ver vídeo).

Esa ofrece su oportunidad de negocio desde una inversión de aproximadamente 300.000 euros, incluido el canon de entrada para un establecimiento de unos 300 metros cuadrados. El margen neto de beneficios es del 11%, gracias a que las franquicias trabajan con una cocina central que ahorra costes al canalizar todo el volumen de pedidos. La facturación inicial estimada es de un millón de euros, por lo que la inversión se puede recuperar en tres años.

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