Australia, una aventura para las franquicias

En un principio, la franquicia fue entendida por los australianos como una forma de importar negocios y productos extranjeros, quizás motivados por su propia condición de ser un país formado por gentes de muy diversos entornos. Sin embargo, ahora se trata de una fórmula escogida por la gran mayoría de emprendedores australianos como método para desarrollar y expandir sus negocios. De hecho, la gran parte de franquicias que operan en el país son nacionales e, incluso, un buen número de franquicias australianas están siendo importadas por otros países.

La franquicia representa una forma dinámica de hacer negocios en Australia y contribuye con un 14 por ciento al producto interior bruto del país. En el país de los canguros existen 960 enseñas operativas que se distribuyen en 62.000 establecimientos en los que se emplean a más de 400.000 personas. Australia se ha convertido así en una de las potencias más importantes en el desarrollo de esta forma de negocio, situándose tan sólo por detrás de Estados Unidos, Japón y China en cuanto a facturación se refiere, alcanzando los 67.000 millones de euros el pasado año.

Estas cifras son una muestra evidente del continuo crecimiento y fortalecimiento que está experimentando el sector de la franquicia en Australia. Por lo que ya son numerosas enseñas las que han decidido probar suerte en el extranjero. Y es que, los bajos niveles de competitividad y la baja mortandad empresarial proporcionan, a través de la franquicia, seguridad y estabilidad a los pequeños inversores.

La mayor parte de las franquicias pertenecen al retail no especializado en alimentación, con el 30 por ciento, seguidas de las franquicias que se dedican a los servicios inmobiliarios y a dar servicio a otras empresas, con un 24 por ciento. De media, los franquiciadores que operan en el país llevan en torno a los 14 años desarrollando sus respectivas enseñas. Y las zonas geográficas donde se concentra el mayor número de franquicias son el estado de Nueva Gales del Sur, el más antiguo y poblado del país, con el 30 por ciento de la actividad, en donde se encuentra la capital, Sydney, y Queensland y Victoria, donde hayamos al 22 por ciento de los franquiciadores.

Algunas de las franquicias más populares o curiosas del país son, por ejemplo, Wendy’s, especializada en helados, con más de 300 locales entre Australia y Nueva Zelanda, o Kwik Kerb, dedicada a las máquinas cortacésped, con más de 20 años de experiencia, o The Eláter & The Vinil Doctor, franquicia especializada en el cuidado de la piel y del vinilo, o Jim’s Pool Care, dedicada al mantenimiento de piscinas y spas.

Muestra de la importancia que ha adquirido la fórmula de la franquicia en Australia son las diversas ferias que han proliferado en el país en la última década. Aunque la de mayor relevancia es la ‘Franchise & Business Opportunities Expo’, que se celebra en el mes de marzo en Sydney, también tienen lugar otras convocatorias en las ciudades más importantes como Melbourne y Perth.

Australia ha sido en los últimos diez años una de las economías más fuertes del mundo, abierta y competitiva. Los pronósticos oficiales apuntan que la economía continuará con el ritmo de crecimiento registrado durante los últimos tres años. La favorable evolución de la industria minera, junto a una positiva marcha de las exportaciones y la inversión extranjera han hecho de Australia una potencia rentable y próspera.

El país tiene en vigor un marco de política económica integradora que la hace competitiva, así como una estable estructura institucional, que otorga fiabilidad a la actividad empresarial. Asimismo, Australia tiene una economía muy abierta, con un sistema impositivo favorable y con pocas barreras al comercio por lo que el país sigue siendo un destino atractivo para la inversión.

Precisamente, el comercio exterior es uno de los puntos en común con la economía española. Aunque la zona Asia-Pacífico no tiene un peso elevado dentro de la actividad comercial española, Australia es uno de los referentes en este mercado, ya que recibe un 10 por ciento del total de las inversiones de capital español. Además, España se encuentra entre los 20 socios comerciales más importantes para el país oceánico. Por lo que, los intercambios se han duplicado en los últimos cinco años.

Sin embargo, el sistema de franquicias en Australia no está apenas explotado por los españoles. Y es que, a día de hoy, tan sólo hay tres enseñas españolas con presencia en el país. Se trata de Mango, KA Internacional y Maison Decor. Obviamente, la cadena de franquicias especializada en moda de mujer es la que ostenta el mayor número de establecimientos. Mango aterrizó en la isla en 2002, cuando abrió su primera tienda en Melbourne, y ahora ya cuenta con 9 locales.

Por detrás de ella, se encuentra KA Internacional, dedicada a la decoración de todo tipo de lugares. La enseña está presente en el país a través de sus 4 establecimientos, de los cuales tan sólo uno se haya en Melbourne, mientras que los otros restantes están ubicados en Sydney. Maison Decor, cadena de franquicias especializada en decoración de interiores, cuenta con dos tiendas en Sydney: una en la zona de Rose Bay y la otra en Willoughby.

Sorprende el escaso número de enseñas españolas que se han lanzado a la aventura australiana, especialmente por el carácter versátil e integrador del país. Una de sus principales señas de identidad es la diversidad, a la que han contribuido las culturas indígenas, los primeros asentamientos europeos y las sucesivas olas de inmigrantes de todos los rincones del mundo. Esa característica de la sociedad australiana también se traduce en riqueza empresarial. Los australianos comparten un gran respeto por la gente de otras culturas, por lo que su hospitalidad con los extranjeros es cálida y sencilla, también en el mundo de los negocios, virtud que deberían aprovechar más las enseñas españolas.