¿Cuáles son los retos de las empresas franquiciadoras?
¿Cuáles son las pautas para enfrentarse al crecimiento de una empresa al convertirse en franquicia? El paso de una pequeña empresa a una gran franquicia, la adecuación tecnológica o la internacionalización, son los principales problemas con los que se encuentran las franquicias.
El primero de estos retos planteados es el cambio de mentalidad respecto al tamaño de la empresa. El objetivo de la compañía es convertirse en una gran empresa y para ello la franquicia es un modelo ideal, el problema surge cuando “se quiere vender franquicias”, como señala Joan Manuel Gili, director general de Comess Group, que se equivocó a la hora de gestionar el sistema. “Quisimos vender franquicias y eso es un error. El cambio se produjo cuando nos dimos cuenta de que el negocio estaba en atender a los franquiciados y que ellos obtuvieran beneficios. Supimos rectificar a tiempo”, apunta.
Además, otra de las cuestiones que se plantean es la importancia de añadir un valor añadido a los servicios ofrecidos para captar franquiciados, muy interesante para el crecimiento de cualquier franquicia. La elección de un buen franquiciado es esencial para el éxito o el fracaso de cualquier enseña, por ello, hay que buscar franquiciados que sean capaces de vender bien la imagen de marca.
Además, la mayoría de las empresas que salen al extranjero lo hacen a través de master franquicia y, para ello, es básico conocer a fondo al socio local al que se le va a ceder el negocio. Otro tema importante son los problemas de legislación que te puedes encontrar en el extranjero, por ello, es importante tener bien estudiado el mercado donde se quieren implantar.
También, hay que tener en cuenta la reestructuración empresarial y su adecuación tecnológica, que se tiene que llevar a cabo para que una pequeña empresa pase a ser una gran empresa. En este sentido hay que reorganizar los diferentes departamentos para que puedan ofrecer los servicios necesarios a los franquiciados y que haya una buena comunicación entre ellos.
Joan Manuel Gili destaca el modelo de interrelación que llevan a cabo desde su empresa: la franquicia participativa, “donde anualmente nos reunimos con representantes de los franquiciados para que participen con sus ideas en la compañía”. Mediante este tipo de acciones, la interacción entre franquiciador y franquiciado es de intercambio de opiniones y de participación.
Por último, un aspecto que se debe reseñar siempre es la adecuación formativa a los requisitos que demanda el sector de la franquicia en cada momento. Mediante esta fórmula de formación inicial y continua, la franquicia se asegura un respaldo formativo de todos los miembros que componen su red comercial.