El salto de la franquicia al extranjero
Es una decisión arriesgada pero en muchos casos es necesaria por diferentes causas: por la propia naturaleza de expansión de las franquicias, porque el mercado nacional se queda pequeño, por dar mayor renombre a la enseña, o como vía alternativa al mercado nacional.
Un pequeño negocio puede ser la semilla para conquistar el mundo. Tras años de hacer hueco para las cadenas foráneas en nuestras calles, las franquicias españolas están apuntando al extranjero. Y es que, la franquicia es internacional por naturaleza, no se puede poner límites a esta fórmula de expansión a otros mercados, es imprescindible y responde a su propia evolución.
Muchas son las causas de buscar la internacionalización pero antes de ello, hay que seguir unas pautas para no estrellarse en el intento.
Disfrutar de una expansión nacional consolidada
Los expertos coinciden en que el momento óptimo para salir al exterior llegará cuando una franquicia pueda apoyar perfectamente a las unidades instaladas en el extranjero sin que por ello perjudique a la red nacional. Por eso, un crecimiento estable, que no se base en crecer poco en mucho tiempo, ni muy rápido en poco tiempo, es la mejor base para lanzarse a la aventura exterior.
Conocer bien las oportunidades y amenazas del país en cuestión
Es importante analizar, a través de estudios de mercado, las tendencias económicas, la estabilidad política, el tamaño de la población y los gustos propios del país que puedan afectar al producto o servicio. Cuanto más conozcamos de las circunstancias de un país más conoceremos sobre cómo funciona su mercado. Esto nos permitirá elaborar un modelo de negocio adaptado a las particularidades del país.
Analizar el plan de inversiones
Antes de lanzarse a la conquista de otro país hay que analizar el plan de inversiones a realizar para la puesta en marcha de la red con un estudio provisional que avale la rentabilidad del proyecto.
Elegir el modelo de implantación de la franquicia
Existen varias fórmulas para implantarse en un país. La más usada es la master franquicia, en este caso el franquiciador vende los derechos de explotación de la marca en ese país. Esta es, a menudo, la fórmula más adecuada, según los expertos.
Hay otras opciones como la joint venture, que establece un acuerdo entre el propietario de la franquicia y un socio del país. También es posible que la central se implante directamente en el país objetivo, sin la ayuda de un socio local.
Un consejo a tener en cuenta por los empresarios es que a la hora de asignar un país a un socio nunca se tiene que dar un país entero a una sola persona. Lo ideal sería dividirlo por regiones y repartirlo en varias master franquicias, de este modo evitamos los riesgos que supondrían que una persona se equivoque y eche a perder todo el mercado.
Las empresas registran generalmente la marca en el país en el que operan, por lo que, para evitar la piratería a la hora de salir a otros países conviene disponer también del registro en el organismo oportuno.
Existen dos modos de hacerlo, bien en cada país de manera individual, que sería la forma más rápida, o bien a nivel comunitario, en el caso de las franquicias en la UE, que tarda más tiempo.
Es recomendable asegurarse de la correcta traducción y adaptación del diseño y logotipo de la marca a las costumbres del país.
Apoyo de las instituciones
Por último, aquellas cadenas principiantes en la internacionalización siempre pueden acudir al apoyo que ofrecen diferentes instituciones como el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), que cuenta con un Plan de promoción de la franquicia, ofrece a las empresas elaboración de estudios de mercado, organización de pabellones oficiales en ferias internacionales y apoyo logístico a través de las oficinas comerciales de España en el Exterior. Las españolas en el exterior
En total 168 enseñas procedentes de nuestro país ya utilizan esta fórmula comercial para exportar sus conceptos fuera de nuestras fronteras. Estas redes comercializan sus productos y servicios en 102 mercados de los cinco continentes, haciendo bueno el axioma de que franquicia e internacionalización son conceptos íntimamente ligados.