El “speed dating” salta del amor a los negocios
Al estilo del popular «speed dating», un proceso formalizado de emparejamiento que consiste en encuentros de pocos minutos entre parejas para conocer gente, las pymes utilizan este mismo sistema de citas rápidas para ampliar su círculo de contactos. Esta técnica se llama «speed networking» y es muy útil para establecer relaciones comerciales.
A una hora determinada, en un hotel determinado, un grupo de unas cien personas se reúnen por parejas, durante un plazo de tiempo muy corto y de manera muy intensa se hacen las primeras preguntas y revelaciones para saber si existe la química necesaria para continuar la relación. Pero estas personas no buscan hacer amistades ni encontrar pareja, sino que está orientado a pequeñas empresas que quieren ofrecer sus servicios y establecer relaciones comerciales.
Con la misma técnica del denominado «speed dating», el «speed networking» es una ronda de charlas, de cuatro minutos de duración, donde cada uno de los interlocutores lanza su mensaje de presentación, escucha al otro, intercambia tarjetas&hellip,
Basándose en los datos proporcionados por los participantes con antelación, junto con la experiencia de la empresa organizadora, los participantes se dividen en grupos preseleccionados de acuerdo con sus áreas de especialización y sus objetivos. Este proceso asegura que los resultados del evento de networking sean lo más positivos posible y cumplan en lo máximo posible con las expectativas de los asistentes.
El evento suele durar tres horas y está organizado para que cada participante converse con más de 20 personas. El objetivo es iniciar contactos con alta posibilidad convertirse en negocio, aunque dependerá de los interesados que se lleve a cabo.
Esta técnica anglosajona primero se aplicó como un sistema para encontrar pareja: varias personas se reúnen en una larga mesa donde tienen charlas cronometradas para conocerse unos a otros. Este método puede aplicarse perfectamente al mundo de la empresa para poner en contacto a distintas pymes, aunque lo importante viene después.
El encuentro en sí no es tan valioso como el seguimiento. Una vez que las personas han realizado sus contactos, deben llamar, mandar un email, contactar, y sobre todo hacerlo ofreciendo algo a la otra persona. De esta manera, se refuerza el contacto y se crea una relación de confianza. En las reuniones se trata de establecer vínculos más que de vender, las citas rápidas son sólo un punto de partida a largo plazo. Incluso funciona como conector de conectores, porque algunas personas que han mostrado su interés por una empresa también conocen gente a la que puede que interese ese mismo servicio.
Lo novedoso del método se potencia con la crisis, ya que en momentos de difícil coyuntura económica, es mucho más difícil hacer contactos comerciales y cuenta con la ventaja de ser encuentros en persona. Ahora sí, esos cuatro minutos deben ser aprovechados al límite para causar la impresión esperada en el otro interlocutor. Durante ese tiempo, los participantes tienen que poner toda la carne en el asador para saber a quién tienen delante, explicar quiénes son, estudiar en qué pueden colaborar juntos y ver la oportunidad. Igual que buscar ligue, pero en versión empresarial.