El vending paladea su década de oro en el mercado español.
El parque de máquinas de venta de bebidas y comida alcanza las 600.000 unidades, con 80 proveedores.
Quién no ha comprado un café o un sandwich en una máquina de venta automática. Según los fabricantes, proveedores y distribuidores de estas máquinas muy pocos son los que no. Y es que este canal de ventas, más conocido como vending, se ha convertido en los últimos años en uno de los segmentos más pujantes dentro de la hostelería y restauración.
En la última década, el volumen de negocio y el parque de máquinas, empresas, y proveedores ha crecido más del 150%.
En la actualidad existen en España más 600.000 máquinas de venta automática —la mitad de ellas de tabaco—, cerca de 3.000 empresas operadoras (encargadas de la gestión de las máquinas) y 80 proveedoras (el 50% de los fabricantes son españoles) son las responsables del buen momento que está viviendo el vending.
La mayor implantación de este modelo de negocio se ha producido en el ámbito laboral. Es en los lugares de trabajo donde más fácilmente se puede encontrar máquinas expendedoras de bebidas y comidas calientes y frías. Según datos del Forum Cultural del Vending, la penetración en este ámbito supera el 85%. En un par de años», afirma Mariano Gracia, responsable de Forum, «la totalidad de los puestos de trabajo y oficinas de España contarán con maquinas de venta automática».
Uno de cada cinco cafés
Los productos que más adquieren los usuarios en estos puestos automáticos son el café, el agua, las bebidas refrescantes y, en último lugar, los sandwich y comidas calientes. Concretamente, el 20% de los cafés que se venden en España son de este tipo de máquinas. En palabras de Mariano Gracia, «la buena acogida de este canal de venta se debe a que los ciudadanos se han dado cuenta de que la calidad y fiabilidad de los productos comprados en estas máquinas es similar a la del mercado tradicional, a lo que se une un servicio 24 horas».
A pesar de este crecimiento, España está todavía por detrás de sus socios europeos y a mucha distancia de Estados Unidos o Japón. «El vending en España no alcanza ni el 15% del volumen de estos países», explica Gracia. Para alcanzar estos niveles, fabricantes y proveedores quieren plagar las calles de este tipo de máquinas. «La venta en la calle sólo representa el 10% del total de los ingresos del vending. El objetivo es colocar las máquinas en las aceras, en establecimientos públicos, en el metro, etc». Algo que ya ocurre en Francia o Alemania donde los habitantes compran en las máquinas todo tipo de productos: comida caliente, productos de limpieza, higiene, farmacia, etc.»