Formar a los Franquiciados base del triunfo de nuestra enseña.
La formación es sin duda una de las bases fundamentales del éxito de una red de franquicias. Cuando una franquicia expande su marca, está dando a cada franquiciado una fórmula de negocio que ha funcionado, que ha triunfado, y por tanto, que es idónea para llevar a buen puerto la aventura emprendida. Así, además de ceder a cada oficina el logo de la marca, se imparte una formación a todos sus componentes.
La formación inicial tendrá que transcurrir deseablemente por tres etapas claramente diferenciadas. Una teórica referente a los aspectos relativos al negocio y al sistema de franquicia, una práctica para la aplicación de los conocimientos adquiridos en la fase inicial en un centro piloto y la asistencia técnica y comercial de la que podrá beneficiarse el franquiciado en el propio punto de venta en los inicios de la actividad.
– Para la primera fase, formación teórica, el franquiciador tendrá que organizar y desarrollar un programa formativo capaz de facilitar al franquiciado suficiente información relativa no sólo al propio concepto de negocio en sí, sino a las particularidades que identificarán y personalizarán la relación entre ambas empresas.
– En cuanto a la segunda etapa de la formación inicial, la formación práctica, ésta perseguirá un doble objetivo, el desarrollo de las funciones inherentes a las diversas secciones o departamentos del punto de venta por parte del franquiciado y la dirección supervisada del completo funcionamiento de un punto de venta piloto, por lo general el más próximo a la localidad de implantación.
– La Formación Técnica y Comercial en el propio establecimiento será cuando puedan concretarse infinidad de procedimientos y subsanarse las más que numerosas dudas que pueden planteársele al franquiciado en el transcurso de una jornada normal de trabajo.
No abandonar al franquiciado
La formación continúa es una de las asignaturas pendientes de la franquicia en España. A menudo, las enseñas están más preocupadas por el crecimiento de su red de franquiciados que por la formación, de hecho, pocas firmas cuentan con un departamento o responsable de formación -ésta y otras tareas recaen en el director de expansión de la franquicia.
Una comunicación fluida entre franquiciador y franquiciados será un factor imprescindible para que estos últimos cuenten en todo momento con la formación más apropiada de cara a la cobertura de las exigencias del mercado. Para ello los medios más habituales serán las circulares informativas y las publicaciones internas a modo de boletín informativo de la red.
De esta forma, el franquiciador podrá mantener convenientemente informada a toda su estructura franquiciada en temas tan relevantes como la evolución y nuevas tendencias del mercado, información económica de la red, apertura de nuevas tiendas, nuevos productos y procedimientos, etc..
Como es de suponer, la colaboración entre franquiciado y franquiciador en estos aspectos es elemental para el éxito del acuerdo. Sin duda en todos ellos se pondrán de manifiesto las experiencias adquiridas por el franquiciador con la explotación de la actividad en diversos mercados y durante un periodo de tiempo que, al menos, habrá de ser relativamente amplio.
Las franquicias saben que la base es la formación
Algunas de las grandes franquicias que operan en España cuentan con un departamento de formación a través del cual preparan y supervisan a sus franquiciados, una actividad a la que las enseñas de menor tamaño dedican menos de una semana.
Pero este no es un caso aislado. Muchas enseñas disponen de programas a medida a través de los cuales imparten diferentes cursos de preparación inicial, continua y puntuales, cuando detectan que alguna de sus franquicias no funciona adecuadamente. En la mayoría de los casos, éstos sólo tienen que hacer frente a los costes de desplazamiento, dietas o alojamiento para asistir a estos programas que siempre deben recogerse en la firma de contrato. Sin embargo, muchas marcas contemplan sólo la formación inicial de puesta en marcha del negocio, cuya duración no excede los siete días. Una tendencia que ya están abandonando las nuevas compañías del sector.
Pressto destina el 4,5 por ciento de su volumen de negocio a los departamentos de I+D y formación, según la enseña, «una cifra menor de lo que se destina a publicidad». «Este departamento imparte una media de doscientos cursos de reciclaje anuales y todos los meses se realizan, al menos, dos programas iniciales para los nuevos franquiciados o empleados de Pressto», asegura Silvia Díaz, directora de formación de la empresa.
La inversión anual de MC Agencia Inmobiliaria en formación es de unos 381.646 euros. La enseña cuenta con un programa a medida para los emprendedores que se adhieren a la enseña. «Estos programas no suponen ningún coste, ya que los participantes pueden solicitar subvenciones. Para los que no piden este tipo de ayudas, el precio del curso es de 65 euros, para sufragar los gastos de desplazamiento y de horas invertidas por el profesor de la central», explica el responsable nacional de producción de MC.
La cadena de transporte urgente MRW presupuesta anualmente unos 750.000 euros para formación en gestión y desarrollo y en gestión comercial. «Diez formadores de la central se ocupan de instruir en la puesta en marcha y realizan el seguimiento de cada delegación», dice Francisco Mohedano, director de formación de MRW.
Otro de los sectores en los que la gestión y la logística son fundamentales es la restauración. La enseña de cafetería especializada Café de Indias, cuenta con un establecimiento piloto en el que imparte la formación a sus franquiciados. Operativa del negocio, cultura y filosofía de empresa, atención al cliente, finanzas y gestión del personal son algunos de los contenidos que integran el programa inicial previo a la apertura de un nuevo local.