Heladerías en franquicia, un placer todo el año
Al contrario de lo que pueda parecer, el sector heladerías presenta un notable crecimiento y no sólo durante el verano. Aunque se trata de un producto tradicionalmente asociado a las épocas de calor, las redes de franquicias que operan se las han ingeniado para llamar la atención de los amantes del helado durante todo el año, objetivo conquistado a base de calidad, variedad en la oferta e incorporación de otro tipo de productos complementarios en la carta.
El helado es un producto marcado por una fuerte estacionalidad, característica que ha marcado la evolución de las empresas dedicadas a su venta y que poco a poco se va diluyendo con la transformación de los hábitos de consumo. Así, las tendencias sociales apuntan que disfrutar de un helado como postre o merienda es un placer que nada tiene que ver con el mes del año.
Este proceso de cambio ha influido notablemente en la aparición de grandes empresas dedicadas a la producción y venta de helado. Unas compañías que paulatinamente han sustituido a las pequeñas heladerías tradicionales de toda la vida, tiendas de barrio que contaban con una oferta reducida en comparación con las extensas cartas que se pueden encontrar en cualquier establecimiento de una cadena de heladerías.
El primer paso de la implantación de la franquicia de heladerías en España se dio de manos de cadenas estadounidenses consolidadas en su país de origen, que vieron en Europa una oportunidad para expandir su concepto. Hoy en día el panorama es totalmente diferente y más de una decena de enseñas españolas venden sus propios helados en los establecimientos de su red.
A pesar de que el consumo de helado se desliga del verano, las cadenas de franquicias no dejan de lado las estrategias para seguir captando clientela y rentabilizando su negocio aún cuando la venta del producto estrella decae. Así, la diferenciación y la variedad de oferta se han convertido en la mejor arma de las empresas para mantener un volumen de ventas estable durante todo el año.
Una etapa de consolidación
Actualmente, las cadenas de franquicias que operan en el territorio nacional atraviesan una etapa de consolidación en la que el ritmo de crecimiento en número de tiendas se ha relajado mientras que se potencian los esfuerzos para consolidar la red y estabilizar la demanda. Es decir, hacer frente a la estacionalidad.
Aún así, una cadena se ha unido a las que ya operaban durante el pasado ejercicio situando el número de redes en la decena, dos de ellas de origen extranjero, que se dedican a la venta de helados y demás productos complementarios a través de 353 establecimientos.
Mientras que todas las previsiones apuntan a un aumento de la competencia con nuevas cadenas operando en los próximos años, las enseñas del momento se afanan por descubrir nuevas fórmulas para aficionar a los consumidores a su oferta e incluir nuevos productos que diversifiquen su concepto y lo hagan flexible de cara a los cambios en la demanda.
Analizando los costes y beneficios que supone la apertura de una heladería en franquicia, según el estudio anual de Tormo &, Asociados la inversión inicial de uno de estos negocios se aproxima a los 150.000 euros. Un desembolso que se une a la necesidad un local de al menos 40 metros cuadrados en el que trabajan 2 ó 3 personas, y que facturará al cabo del año unos 230.000 euros.
Una oportunidad para montar un negocio que cuenta con todas las ventajas de un producto que arrasa durante una etapa del año y se mantiene el resto, meses en los que el volumen de negocio permite reducir costes fijos en materia de personal, energía&hellip, así como incorporar nuevos proyectos a la carta.
En definitiva, una actividad que abre las puertas a la variedad, una riqueza que también se intuye en cada concepto, saber hacer y oferta de las enseñas que integran el sector en franquicia.
Helado con rosquillas, café y té
La diversificación está presente en todas y cada una de las cadenas de franquicias que se especializaron en la venta de helados, pero con las particularidades propias de cada concepto. Así, mientras que casi todas completan su oferta con otro tipo de productos, la decoración del local, el ambiente, el precio, la calidad y el modelo de gestión suponen una diferencia.
Una de las cadenas con más solera en esto de la producción y venta de helados es La Ibense Bornay, empresa que comenzó a operar en 1892 y actualmente cuenta con 20 locales en el territorio nacional y 1 en el extranjero. Con más de 60 sabores en su carta, esta enseña potencia la tradición en sus productos pero con la tecnología presente en su fabricación.
Otra referencia en el sector es Flanela Helados, cadena que ha experimentado un cambio en su gestión para continuar creciendo. Recientemente, el Grupo Rodilla ha adquirido la tutela de la expansión de esta marca para abrir más establecimientos adheridos e incorporar corners a sus tiendas de sándwiches. El objetivo una vez más es diversificar el negocio en un momento en que la enseña está presente en la geografía española con 16 locales.
Por su parte, Gino Ginelli es una marca española que comenzó a operar en 1927 y se convirtió en red de franquicias en 1989, vinculada a los helados Frigo. Con 80 establecimientos operativos es una de las enseñas más consolidadas en el panorama nacional y actualmente potencia la diversificación de sus productos adaptando una extensa gama de bollería americana compuesta de bonvis (tipo donuts), Berlinas, cookies, gofres, etc.
Hä agen-Dazs, cadena de origen estadounidense, fue una de las primeras empresas de venta de helado en franquicia en asentarse en España. Con casi 100 establecimientos operativos, esta enseña ofrece una marca de helados que goza de prestigio y reconocimiento por su variedad y su calidad, además de ofrecer al inversor un local de decoración funcional en el que además se puede degustar de otros productos.
También desde EEUU aterrizó en nuestro país en 2001 Ben &, Jerry&rsquo s, enseña que cuenta con 33 locales en el territorio nacional y más de 500 en todo el mundo y que ofrece una amplia gama de helados además de los productos típicos de una cafetería para complementar su carta. Con un plan de expansión que pasa por abrir 100 heladerías en los próximos 4 años se sitúa como una de las referencias con más potencial de crecimiento en la actualidad.
Farggi ofrece un concepto de heladería basado en el lujo, una ambiente en el que se puede degustar de los mejores helados pero que también es pastelería y chocolatería, complementado su oferta con delicatessen para los aficionados al dulce. Con más de 50 locales operativos ha dado el salto a Portugal con éxito, contando a día de hoy con 16 establecimientos en el país vecino.
Con 39 tiendas funcionando opera Carte D&rsquo Or, cadena que también ha consolidado su marca como referencia en el mercado del helado y distribuye a todo tipo de comercios y grandes superficies. Con una oferta muy variada, ofrece al inversor todas las facilidades para entrar a formar parte de su cadena, corriendo con el gasto de la implementación de la imagen en el local, los materiales y la maquinaria necesaria en concepto de depósito.
Otra opción de heladería en franquicia es Gioseppe Ricci, cadena de reciente creación que ya cuenta con 5 locales adheridos a su marca en España y basa su oferta en los típicos helados italianos, famosos por su calidad y la originalidad de sus sabores. Con un modelo de negocio sencillo en su gestión, ofrece una oportunidad asequible para los interesados en formar parte del sector con su sello.
Ferretti apuesta por la producción artesanal y fabrica los helados en el mismo momento en que el cliente los solicita, característica que se ha convertido en el centro de su concepto de negocio. Sin renunciar a la calidad, ofrece la oportunidad de formar parte de su cadena de, hasta el momento, 7 establecimientos operativos.
Otras opciones de heladerías bajo el sistema de franquicias son Bassin 31 Robbins, Giangrossi y TCBY, oportunidades de negocio que también han convertido el helado de calidad en su concepto de negocio sin renunciar a la venta de otros productos para hacer frente a los cambios de estación, cuando apetece algo caliente.
Claves y retos del negocio del helado
Aunque la estacionalidad puede parecer un problema a la hora de mantener el nivel de ventas de un negocio también es una de las claves de estos conceptos, que en estas fechas ven como sus establecimientos se llenan y su nivel de ventas crece a la par que la temperatura en el termómetro.
Dado que es la característica más ligada a estas oportunidades, hay que decir que son muchas las estrategias para hacer frente al aspecto negativo de la relación helado-verano, una circunstancia que, a parte de estar desapareciendo, se puede combatir añadiendo otros productos a la carta.
Una vez más, la diversificación es clave para los negocios en franquicia ya que brinda la posibilidad de explotar varios negocios en uno solo, de manera que la heladería se reconvierte, según la ocasión, en cafetería, pastelería, etc.
Otra ventaja de estos negocios es la economías de escala que disfrutan los asociados a la red, que cuentan con el apoyo de una central que no sólo distribuye el producto a precios bajos sino que además fabrica sus propios helados. Un punto a favor del inversor que cuenta con la garantía de que sus productos son de calidad y ajustan su coste para dejar un margen de ganancia.
La imagen de marca es un valor añadido a la calidad-variedad de productos de un establecimiento, más aún ligado a un alimento. Todas las enseñas ofrecen una imagen original, colorida, alegre&hellip, acorde con el espíritu del producto estrella que comercializan, siempre asociado a los niños aunque disfrutado por los adultos. El hecho de que el cliente reconozca la imagen que aparece frente a él incentiva el consumo gracias a la relación que se establece si la primera experiencia ha sido satisfactoria, otra circunstancia que está fuera de duda.
Finalmente, como en todo negocio de hostelería las tres P&rsquo s siguen siendo fundamentales par alcanzar el éxito, esto es producto, personal y precio. La calidad del producto y el precio son factores que se cuidan mucho desde una cadena de franquicias, ya que cuenta con los medios, recursos y posibilidades para hacerlo. Ahora bien, contar con profesionales a la altura de la circunstancias es otro punto a tener en cuenta. La formación constituye la mejor aportación de las centrales para garantizar el saber hacer de sus empleados.
En cuanto a los retos, hay que tener en cuenta otra tendencia social en alza que afecta directamente a cualquier producto alimenticio: el cuidado de la salud, la imagen y el bienestar. Así, los productos de estas enseñas tendrán que adaptarse a una demanda cada vez más exigente, que reivindica productos naturales, bajos en azúcar pero que mantengan todas sus cualidades.
Otro aspecto a cuidar será el local, pues hay que tener en cuenta que un establecimiento atractivo siempre llama más la atención que un espacio poco cuidado. Contar con una amplia fachada, bien ubicada y con unas dimensiones que permitan la implementación de una imagen llamativa marcará la diferencia en el sector.
En definitiva, el mercado de venta de helados atraviesa un momento de consolidación mientras que se adapta a las nuevas tendencias en materias de consumo, marcadas por un gusto creciente de consumir helados en cualquier época del año pero sin olvidar que una oferta variada es el éxito de todos los negocios, especialmente si el producto que compone la base de nuestra carta es tan homogéneo de un concepto a otro.