Irlanda, el despegue de la franquicia
El reciente desarrollo industrial de Irlanda se ha logrado gracias a una política deliberada para promover la exportación y los negocios de tecnología avanzados (informática, tecnología de la información e industria médica), consiguiéndolo en parte por ofrecer rebajas fiscales del 10 por ciento a los inversores extranjeros. De esta forma, Irlanda se convierte en uno de los más atractivos destinos para las compañías extranjeras.
La vida de la franquicia en Irlanda parece estar dando sus primeros pasos, de ahí que exista poca información al respecto y cueste trabajo encontrar datos y cifras concretos de esta fórmula comercial. Lo más reciente que se conoce hace referencia a 178 cadenas franquiciadoras en este país del norte de Europa, sumando un total de 1.695 establecimientos y 14.000 personas empleadas.
Irlanda, novata en este ámbito, ha querido aprender de los mejores, por eso se ha empapado del modo de hacer en Estados Unidos y, como no, en Reino Unido, donde el origen de la franquicia se remonta a mediados del silgo XX. En este país, la presencia de las marcas americanas es relevante, al igual que las empresas del Reino Unido. Ambas superan el 60 por ciento de las enseñas que hay en Irlanda, que posee aproximadamente el 15 por ciento de las marcas propias siendo el resto enseñas básicamente europeas. Sorprende la escasa incidencia de las enseñas nacionales en el país, lo que demuestra que Irlanda es un mercado que facilita la implantación de compañías foráneas. El acceso de la franquicia internacional al mercado irlandés ha sido, principalmente, a través de Gran Bretaña.
Tampoco en el ámbito legal hay una regulación relativa a la franquicia, por lo que se rigen por lo que dicta la Unión Europea con carácter general. Únicamente, y por lo que concierne a la legislación nacional del país, se protege la libre competencia y el uso de las marcas y patentes registradas.
El sector de la franquicia se está integrando poco a poco en la economía de los irlandeses, experimentando un excepcional crecimiento en los últimos cuatro años, debido a las oportunidades de trabajo que representa, aunque sigue siendo un campo por explorar.
Recientemente, en Irlanda han proliferado los programas de televisión, tales como ‘The Apprentice’ o ‘Dragon’s Den’, en los que se promueve la creación de negocios ingeniosos premiando el carácter emprendedor de sus participantes. Esto ha motivado el interés por la franquicia en la sociedad irlandesa, actuando como motor para el despegue de este sector. En general, los expertos han calificado el 2007 como el ‘gran año’ para la franquicia en Irlanda. Por lo que se prevé que las enseñas nacionales ganen peso en el país en un futuro cercano. Claramente, los próximos años se caracterizarán por una mayor proyección para este sistema comercial.
En la actualidad, no hay demasiadas enseñas españolas que hayan dado el paso de desembarcar en Irlanda. Si buscamos, tan sólo encontraremos cuatro firmas franquiciadoras con acento español: la cadena de moda femenina Mango, la red de ropa infantil y juvenil Canada House, la enseña dedicada a la fabricación y venta de calefacción y aire acondicionado Climastar, y la cadena especializada en decoración infantil Amelia Arán.
Hoy en día, Mango cuenta con cinco tiendas, tres en la capital y una en Cork y Limerick. Por su parte, la marca Canada House opera con un local en Dublín. Asimismo, Climastar y Amelia Arán suman a la lista un local cada una de ellas en Dublín.
Hasta hace poco tampoco existían citas dedicadas al sector de la franquicia. Sin embargo, actualmente el país cuenta con ‘The Irish Franchise Exhibition’, que se celebra anualmente en Dublín. Este año la cita tendrá lugar en la capital irlandesa los días 24 y 25 de noviembre. Asimismo, la ciudad de Belfast acogerá los próximos días 11 y 12 de mayo ‘The British Franchise Exhibition’, Belfast 2007.
Como ocurre con el resto de la economía irlandesa, el sistema de franquicia en esta nación europea se ha incrementado de forma significativa en los últimos años. Y ha crecido, tanto en nuevos negocios abiertos, en aquellos sectores en los que la franquicia presenta alternativas, como la restauración, la alimentación o las inmobiliarias, como en empleos creados. En definitiva, Irlanda resulta un interesante mercado para las empresas españolas debido a su cercanía y a su capacidad para adaptar negocios que vienen de fuera.