Joyería y Bisutería, al servicio del diseño
La introducción de la fórmula de la franquicia en el sector fue un factor de peso en la evolución de las empresas joyeras, tradicionalmente familiares y de escaso crecimiento y expansión debido al localismo que caracterizaba a las enseñas. Sus establecimientos, arraigados en una ciudad o barrio, permitían una cercanía con el ciudadano y la consiguiente fidelización de la clientela, garantes de la supervivencia del negocio.
Ahora las cosas han cambiado. El público, cada vez más exigente, ya no se siente vinculado a un establecimiento en concreto ni acude a estas tiendas en busca de un artículo de lujo que marque un hito en su vida o la de una persona querida, sino que se preocupa por las últimas tendencias en moda, como si de un complemento más se tratase, valorando los puntos de venta donde satisfacen sus necesidades.
En este sentido, el sector de franquicias de la joyería y la bisutería ha experimentado una evolución en el último decenio, fruto de la necesidad de los negocios por adaptarse a los cambios sociales, a la moda imperante y a las exigencias de un público que ya no considera estos artículos como un lujo, sino más bien como un capricho ocasional.
Esta evolución del mercado de la joya en franquicia ha derivado en un transformación de las empresas que lo componen, optando algunas de estas compañías por ampliar su línea de productos y situar su concepto en un sector como el de moda y complementos, pasando a operar en el sector de 19 enseñas en 2005 a 13 en la actualidad. En la misma línea, el número de establecimientos vinculados a estas compañías ha pasado de 307 en el pasado año ha 252 operando en 2007 (ver franquicias que operan).
Diversificación sin abandonar el «mercado de la joya»
Es el caso de Emplata, franquicia especializada en la venta de artículos y regalos en plata que actualmente cuenta con 27 establecimientos operativos en el territorio nacional, y que apuesta por el diseño, la calidad y un buen precio para conquistar al público.
En estos momentos la compañía se encuentra en pleno proceso de expansión, en palabras de Begoña Fernández, directora de expansión, «tenemos previsto para este año abrir fuera de Galicia, donde nación nuestra empresa. Concretamente, inauguraremos unos 15 nuevos establecimientos en la costa valenciana, Badajoz y otros puntos de la geografía española».
Otra enseña del sector, MarisaCano, cuenta con una experiencia de casi 10 años en el negocio de la joyería y también en el arte de franquiciar, disponiendo de talleres propios donde se trabajan los materiales y se llevan a cabo los diseños más atractivos acorde con las tendencias vigentes.
También por la especialización ha optado Silver Point, enseña de origen también español que opera con 4 tiendas en nuestro país y que trabaja la plata como base de todas sus creaciones, ofreciendo un concepto de negocio muy fácil de gestionar y además toda clase de apoyo a los asociados desde el primer momento.
«En Silver Point realizamos un estudio del sector y la zona, ayudamos al inversor a seleccionar el local más adecuado, le ofrecemos formación y desde el primer momento una atención eficiente en el día a día», comenta Carol Morgan, directora general y de expansión de la enseña.
Por otra parte, más centrada en la venta de joyas de materiales más lujosos, opera la compañía Oro Vivo. Con más de 60 tiendas en España y superando la centena en el extranjero, esta red nacional se ha convertido en una de las más importantes en el sector de la franquicia dedicada a la comercialización de brillantes y piedras preciosas, asentándose en las grandes urbes donde satisface la demanda de su público objetivo.
París Montiel es otra compañía con solera en lo referente a la venta de joyas de alta calidad. Operando con más de 20 establecimientos en la geografía española, ofrece desde el año 1900 una línea de productos más cercana al ciudadano de a pie, ubicando sus tiendas por este motivo en ciudades de al menos 15.000 habitantes, sin necesidad de asentarse en un espacio con alta densidad poblacional.
Más especializada en el sector bisutería actúa Abalorium, cadena de franquicias que nació en 2004 y que ofrece las últimas tendencias en pulseras, collares y pendientes de los más diversos materiales.
Por su antigü edad como empresa y cadena destaca la enseña italiana Blue Spirit, mientras que por baja inversión &ndash sin llegar a los 20.000 euros de desembolso inicial- resalta la compañía vasca Dm Two.
Otras redes que ofrecen su concepto a futuros inversores en el sector de la joya y bisutería son Fashion Line, La Cuenta Hazlotú, Ondas o Spleen, llevando a cabo una expansión paulatina por el territorio nacional sin renunciar a su carácter de «joyeras», aunque ofrezcan otro tipo de complementos.
En la variedad está el gusto
Esta es la máxima que han decidido seguir otras cadenas de franquicias que no se han anclado en el sector de la joyería, sino que han complementado su oferta con otros productos hasta ubicarse en otros sectores, que acogen a todas aquellas compañías que sin comercializar una línea en concreto si se preocupan por ofrecer los artículos de moda siguiendo las tendencias actuales.
Es el caso de Meigallo, red de franquicias de origen nacional que cuenta con 10 tiendas operando a día de hoy y que se dedica a la venta de complementos, entre los que tiene un protagonismo especial la bisutería por su originalidad y su afán por estar «a la última».
Finalmente, Lune Bleu, con 100 tiendas en nuestro país se perfila como una de las enseñas que ha descubierto la fórmula del éxito, sabiendo complementar todo tipo de artículos en sus escaparates ofreciendo una oferta muy amplia. De origen Portugués, continúa expandiendo su concepto de negocio y su línea de productos.
Retos del presente y el futuro
A día de hoy, la inversión inicial media que requieren este tipo de establecimientos se aproxima a los 80.000 euros más un canon de entrada de 10.000 euros, además de precisar normalmente un local de al menos 35 metros cuadrados de superficie ubicado en una ciudad de 50.000 habitantes.
Una de las grandes ventajas reside en que es un negocio fácil de gestionar, que requiere uno o dos empleados contando con el propio empresario, y que trabaja un sector donde el número de enseñas y establecimientos no es muy prolífico actualmente, es decir, que existe un gran margen de actuación en muchas ubicaciones.
El sector de la joyería y bisutería se enfrenta a diferentes retos en la actualidad, destacando la necesidad de ofrecer un producto exclusivo, de invertir en marketing para darse a conocer, fidelizar la clientela habitual y crear una red de franquiciados que colaboren para impulsar el crecimiento de la marca a la que se han vinculado.
En palabras de Carol Morgan, directora general de Silver Point, «además de ofrecer artículos exclusivos de alta calidad, desarrollamos una estrategia basada en una atención impecable al cliente, con el objetivo de satisfacer sus necesidades y fidelizar a nuestros asíduos».
Tampoco podemos dejar de observar que la ubicación del local es fundamental para estos negocios, ya que aún impera en el sector el localismo, es decir, la capacidad de un establecimiento para resultar cercano a su clientela.
De cara al futuro, se valorará la profesionalidad de los empleados, personas cualificadas para asesorar a sus clientes, así como la capacidad para implantar la imagen de marca en la sociedad de manera que sea reconocida y continuar innovando sin bajarse del carro de las tendencias, dictadoras de la moda y de la demanda del público.