La cena de Navidad, una oportunidad de hacer empresa
En el mundo laboral no se habla de otra cosa que de la comida o la cena de Navidad en la empresa. En esta época, muchas compañías suelen promover cenas para los trabajadores de su plantilla buscando un momento de distensión en las relaciones laborales. Un buen momento para aparcar el ordenador, conocer mejor a los empleados y trasladar los valores de la empresa. Esta celebración es importante ya que se trata de una de las pocas ocasiones en que directivos y empleados se encuentran fuera del trabajo, un pequeño gesto hacia el activo más importante de las compañías: sus recursos humanos.
Uno de los aspectos más importantes de esta cena de navidad es la organización de la misma. Quizá sea el evento que todas, o casi todas las empresas organizan, pero el menos preparado. Y, sin embargo, esta comida o cena de Navidad es un momento excelente para reforzar la comunicación en la empresa y para transmitir a los empleados aquellos valores que, aunque puedan parecer poco importantes, son los que al final van a conseguir que el empleado se sienta a gusto en su empresa, se sienta parte importante de la misma, y se refuercen los lazos entre jefe y trabajador. De esta forma, el objetivo fundamental de cualquier cena de navidad es que todos pasen un rato divertido, que departamentos que apenas se relacionan conversen entre sí y que todos tengan un recuerdo positivo.
Es vital transmitir a los empleados -aun cuando a grandes rasgos-, la situación de la marcha de la empresa, felicitarlos por su esfuerzo, tener unas palabras cálidas y hacerlos sentir importantes por un día, rompiendo la a veces necesaria barrera entre empleador y empleado.
Los empleados, por su parte, también tienen qué decir al respecto. Para algunos, la comida o cena de Navidad es una fiesta a la que hay que acudir por compromiso, para otras, supone una oportunidad para conocer mejor a sus compañeros. Y para los más animados, es una más para sumar a su larga lista de fiestas de Navidad. De esta manera, según un estudio de la compañía Alta Gestión entre 1.100 trabajadores, siete de cada diez empleados valoran positivamente la cena de Navidad de la empresa ya que, según parece, les ayuda a relajar el habitual ambiente de trabajo con sus compañeros, y son pocos los que se escaquean. De hecho, tan sólo el 12% de los trabajadores pondría una excusa para ausentarse en la cena de Navidad que organice la empresa, otro 18% iría por compromiso y el 70% asegura no dudar en acudir y disfrutar del evento con sus compañeros.
Si bien es cierto que, a pesar de no prescindir estas celebraciones, las empresas van a mirar con lupa el presupuesto de las cenas y actividades de empresa. El sector de regalos de empresa y cenas de Navidad mueve anualmente cerca de 1.000 millones de euros, con un gasto medio por empleado entre los 30 y los 50 euros. La reducción del gasto de las empresas en los tradicionales obsequios de Navidad para sus trabajadores será superior al 20% este año, según las estimaciones del Grupo Affirma. Esta Navidad, el volumen de regalos y de eventos de empresas se reducirá y los que se produzcan serán más ajustados de precio. Pero esta costumbre debe mantenerse a pesar de la crisis, ya que estos eventos forman parte de la denominada «cultura del afecto», necesaria para motivar a la gente, y para que las empresas generen aumentos en la productividad de las empresas.
Existen ciertos casos en los que la empresa emplea este dinero para otras causas. Así, en lugar de ofrecer una cena para los empleados, hay empresas que destinan la cantidad recaudada por el coste económico de las cestas y las cenas de Navidad de la firma a ONGs. Dichas compañías informan a sus empleados del dinero donado, a qué organizaciones van destinadas estas donaciones, etc., con el fin de que el empleado se sienta cercado a estos actos solidarios de su empresa.