La informática se convierte en una franquicia de éxito
Los ordenadores personales y las telecomunicaciones intensifican el crecimiento de Data Logic en la Península Ibérica y en Europa, y la entrada de la empresa en el mercado asiático.
En ocasiones, ser un profano en una materia no es una virtud a la hora de emprender un negocio. En 1990, a Andreu Rodríguez Valveny le surgió la posibilidad de ser socio de una pequeña empresa de distribución de software informático para PYMES, que con tan solo cinco años de vida ejercía su actividad en la provincia de Tarragona. “Tengo que reconocer que fue pura casualidad. Yo ni era un aficionado a la informática, ni me gustaba especialmente, ni conocía el sector».
Rodríguez Valveny se plantea nuevas perspectivas de negocio que se asemejaban más a las necesidades del cliente particular, el gran olvidado en unos tiempos en los que las empresas informáticas estaban más dedicadas a alentar el desarrollo técnico que a satisfacer las necesidades del usuario particular.
Los nuevos socios de Data Logic reorientaron su actividad empresarial hacia el mercado de los ordenadores personales y la informática de consumo, aportando además un nuevo concepto que hasta el momento no se había desarrollado en la venta de material informático en España: la franquicia.
Siguiendo una estrategia de expansión de ámbito nacional, en su primer año de llegada al equipo de dirección, Rodríguez Valveny abría 12 tiendas, bajo el nombre comercial de Beep, con el objetivo de acercar la informática y las telecomunicaciones al mercado familiar.
Dieciséis años después, la privilegiada posición competitiva de Data Logic demuestra el acierto de la aventura de riesgo acometida por Andreu Rodríguez en su momento. Data Logic es la matriz y sede central de una franquicia de informática y telecomunicaciones que cuenta con una facturación anual de 191 millones de euros y más de trescientos empleados.
Bajo los nombres registrados de Beep y PC&Telecos, Data Logic posee más de cuatrocientos establecimientos repartidos por España y Portugal. Esto convierte a Beep en la primera cadena de distribución de material informático de España, y la segunda de Europa, en redes de franquicias.
Además de Beep y PC&Telecos (servicios integrados de informática profesional y telecomunicaciones para pymes), el surtido de oferta de negocio se amplía también bajo nombres comerciales como Barebone, Data Logic Grandes Cuentas o la división de Data Logic para promociones bancarias y ventas especiales a colectivos.
Sin olvidar las fábricas propias con las que cuenta Data Logic, a través de las cuales han producido 97.000 PCs y 90.000 televisores en 2005. Con oficinas en Reus, Barcelona, Madrid y Lisboa, el nuevo frente de acción de la compañía se encuentra en Asia: en los últimos meses, Data Logic ha abierto sucursales de compra en Taiwán y China.
Pero cuando en 1990, Andreu Rodríguez abandonaba el cargo de Director General de Big Drum Ibérica, sociedad familiar en la que había iniciado su carrera, todo este desarrollo empresarial era imposible de predecir. Rodríguez Valveny se encontró con una empresa con problemas financieros, por lo que la única solución posible era jugar fuerte. «Yo puse todos mis recursos, avalando personalmente con todos mis bienes».
La demanda de informática de consumo crecía pero todavía no se adivinaban las posibilidades de negocio a gran escala. «Una de las cosas que me costó muchísimo fue que la industria, nuestros proveedores, confiaran en el proyecto, porque era un proyecto loco, distinto a todo lo que cualquiera de ellos estaba acostumbrado». Tres años más tarde, una vez comprobada la viabilidad de la informática en el mercado doméstico, la situación cambió ampliamente.
Otro reto fue el de demostrar a los posibles franquiciados las ventajas que el negocio ofrecía. «No es lo mismo dirigir una empresa con personal y tiendas propios, que hablar con franquiciados. Hay que convencerles del rumbo e ir ganando su confianza». Pero, «ahora la organización es mucho más grande, y la relación es un poco más fría. Y esto a mí me duele. Es el tributo al crecimiento».
Sin embargo, Andreu Rodríguez tiene claro que en el mundo de la informática uno de los valores más importantes es el de saber desarrollar una capacidad de adaptarse a lo que viene. «Hoy somos algo más que informáticos. Se está uniendo la informática con las telecomunicaciones, y con lo que es el mundo del hogar digital».