Los hoteles logran retener a sus clientes gracias a la oferta de spa.
Los hoteles están explotando la mina de oro de los spas para retener y fidelizar a sus clientes.
Las horas que oscilan entre el final de la última reunión y la cena, casi siempre fuera del hotel, suelen ser un suplicio para cualquier ejecutivo acostumbrado a viajar. Por suerte para algunos, los spas han venido a solucionar estas horas muertas de forma saludable. “El ejecutivo tiene cada vez más tiempo porque las reuniones tienden a terminar antes, y tanto hombres como mujeres se cuidan y prefieren acudir al spa que estar en la habitación viendo la tele”, explica Gaspar Sáez, director regional de la zona Sur de NH.Los spas son centros de tratamiento y belleza que, utilizando agua en diversas formas, ofrece relajantes métodos para cuidar el cuerpo.
Cuando las aguas ofrecen propiedades curativas naturales por su procedencia subterránea, el centro puede denominarse balneario, mientras que si el agua llega directamente del mar, se trata de un centro de talasoterapia. El término spa (salute per laqua es una de las traducciones que suelen utilizarse para esta abreviatura) ha permitido a los hoteles ofrecer una multitud de sistemas de baños, hidromasaje, chorros y tratamientos sin entrar en colisión con el potente mercado de los balnearios, que cuidan celosamente la autenticidad de esta denominación.
ApuestaEn Vincci Hoteles, la cadena fundada recientemente por la familia Calero, la apuesta por los servicios relacionados con el mundo del spa es clara. La compañía tiene un acuerdo con el Balneario de Mondariz para llevar la gestión de todos los centros de belleza abiertos por la cadena en España. Hasta la fecha, los establecimientos de Valencia, Torredelmar (Málaga), Chiclana y Sierra Nevada (el hotel Rumaikiya) tienen este servicio. “En el hotel de Valencia, que tiene uno de los mayores spas, intentamos atraer a clientes de fuera del hotel para darlo a conocer en la ciudad y lograr una ocupación durante todo el día. Por las tardes, los clientes utilizan las instalaciones de forma mayoritaria”, explica Carlos Calero, primer ejecutivo de la compañía.
Abrir los centros al público de la ciudad en la que se ubica el hotel es una de las estrategias para hacer estas instalaciones rentables en un periodo de tiempo más corto. “Si lo dejas como servicio del hotel es imposible que llegue a ser rentable, sobre todo si las instalaciones son de un tamaño superior a los quinientos metros cuadrados”, comenta Gaspar Sáez, de NH. Además, añade, el que haya público de la ciudad da más ambiente a las instalaciones y las hace más atractivas para los clientes.
El spa, por su buena acogida entre los ejecutivos (que suelen acudir para relajarse), promete librar una batalla encarnizada con el gimnasio, mucho menos utilizado. “La mayor parte de los clientes nos preguntan si tenemos gimnasio cuando llaman, pero después son poquísimos los que acaban utilizando las instalaciones”, asegura el director de un hotel de cinco estrellas. Por el contrario, los centros de spa logran una buena acogida desde el primer momento y, lo que es más importante, permiten obtener unos ingresos añadidos, que pueden superar el 10% del total de la facturación del establecimiento en el que se ubican. En algunos spas, los servicios van mucho más allá de los clásicos chorros de agua e incluyen peluquería, tratamientos de belleza, masajes e incluso, productos dietéticos y una pequeña carta de alimentos especiales que se puede solicitar en el restaurante.
Sol Meliá, la mayor cadena hotelera española, asegura que el spa “es uno de los servicios más demandados en nuestros hoteles”. La compañía los ofrece en algunos establecimientos de gama alta, como el Meliá Zaragoza, de cinco estrellas, y el Meliá Lebreros, de Sevilla. “Es una forma de dar más valor añadido al hotel, porque el spa, aunque sea pequeño, permite diferenciarte de la competencia”, aseguran en la compañía.La espectacularidad no suele estar presente en los hoteles urbanos, donde la carestía de metros cuadrados obliga a locales más reducidos. En muchos casos, la gestión de los spas se deja en manos de gestores externos, que conocen el sector con más detalle.