Reino Unido, los padres de la franquicia en Europa
Fue el primer país europeo en adoptar el sistema y hoy ostenta una posición predominante en el escenario mundial. Con una experiencia de más de 50 años en el arte de franquiciar, el mercado británico está plenamente consolidado y ofrece muchas posibilidades a las empresas con espíritu internacional. Un mercado con mucho recorrido en el sector de la franquicia y con escasas barreras de entrada para las enseñas españolas.
La historia de la franquicia al otro lado del Canal de la Mancha se remonta a 1955, cuando la cadena estadounidense de hamburgueserías Wimpy comenzó a abrir establecimientos bajo este formato en suelo británico. A partir de esta década, el sistema comenzó a tomar forma incorporando otras enseñas norteamericanas en expansión.
Aunque en la década de los &lsquo 60 el crecimiento del mercado se ralentizó por la crisis del Dow Jones y la popularización de la venta piramidal -que resultó ser un fraude y desanimó a los inversores-, en los &lsquo 70 el sector recuperó su impulso gracias a la creación de la British Franchise Association (BFA) y al apoyo del Parlamento a este sistema, que se encargó de crear leyes contra la corrupción que hoy siguen vigentes.
A principios de los &lsquo 90 el mercado británico de la franquicia experimentó un salto cualitativo y cuantitativo al ritmo del crecimiento de las enseñas internacionales más prestigiosas, hasta registrar un incremento del número de enseñas del 40 por ciento en esta década y de hasta un 83 por ciento más en el volumen de facturación.
Actualmente, según datos de la Nacional Franchise Manager -NatWest-, en Reino Unido operan un total de 781 enseñas a través de 34.000 establecimientos adheridos a este formato empresarial. Un conjunto de cadenas que mantienen unas expectativas de crecimiento elevadas y que además muestran una clara vocación internacional.
En el último ejercicio, la facturación del mercado de la franquicia alcanzó los 10.000 millones de libras esterlinas -casi 15.500 millones de euros-, 500 millones más que en 2005, lo que pone de manifiesto el crecimiento económico que han registrado las cadenas británicas durante el último año.
Por sectores, acorde con la tendencia del resto de mercados europeos el sector servicios es el que más dinamismo ha demostrado en el último año, con numerosas nuevas enseñas operando, aunque el nicho de negocio más consolidado en el escenario británico es el que ocupan las cadenas de restauración, gracias a su experiencia en su país de origen -Estados Unidos- y los años que llevan operando en el país.
Un indicio de la salud del mercado británico en franquicia es que la media de edad de las enseñas es de 6 años -teniendo en cuenta la explosión de redes en los últimos 10 años-, mientras que hay algunas que cuentan con 46 años de antigü edad.
Según el estudio de la BFA, este sistema copa la mayor parte de las inversiones a pequeña escala que realizan los interesados en gestionar su propio negocio, hecho que colabora con el estado de ánimo que mantienen las enseñas, hasta un 84 por ciento muy optimista de cara al futuro.
También se desprende del análisis de 2006 el perfil de los emprendedores que deciden gestionar su propia franquicia, dando a entender que se trata de un colectivo joven. Así, un tercio de los establecimientos están regentados por personas recién graduadas, mientras que las personas con estudios superiores no parecen interesarse por este mercado.
En términos económicos, este formato empresarial representa casi un 6 por ciento del PIB nacional y ocupa a más de 370.000 personas -solo el año pasado las nuevas enseñas y establecimientos significaron 7.000 nuevos puestos de trabajo-.
La vocación internacional es otra de las características que definen a la enseña británica, ya que la mitad de redes que aún no tienen presencia más allá de sus fronteras aseguran que están dando los pasos necesarios para en un plazo de 5 años posicionarse en un mercado internacional.
Aún así, el 27 por ciento de las 781 enseñas operativas en el país ya se han aventurado en otro país, siendo Europa el destino favorito de estas redes. En contraste, los mercados internacionales tradicionales en los que operaban las enseñas británicas han visto decrecer en un 6 por ciento la llegada de redes a su territorio, sencillamente porque actualmente la barrera idiomática de antaño ya no existe.
En sentido inverso, la franquicia española también ha descubierto al otro lado del Canal de la Mancha la posibilidad de establecer un negocio con perspectivas de futuro. Un total de 15 enseñas operan en suelo británico a través de 45 establecimientos, destacando entre estas redes las dedicadas al textil.
Concretamente, Mango está presente en Reino Unido con 22 tiendas, seguido de lejos por Neck &, Neck, con 5 establecimientos, y por Ka Internacional y Adolfo Domínguez, con 3 puntos de venta cada uno. Además, opera con 2 locales la enseña de moda Mangas, y con un único espacio de venta Pressto, MRW, Carlin, Artesanos Camiseros, Cantina Mariachi, Retoucherie de Manuela, Gil Stauffer, Pachá, Tourline Express y Azul de Rizos.
No cabe duda de que la industria textil española tiene tirón en el extranjero, a juzgar por la expansión de enseñas de moda más allá de nuestras fronteras, pero otros conceptos de negocio tendrían oportunidad de instalarse en las islas si analizasen las ventajas que ofrece el mercado británico.
En primer lugar, no cabe duda de que el «british» medio aprecia la cultura española, su gastronomía y, sobre todo, sus costumbres. He aquí un filón a explotar por las redes nacionales, que tienen mucho que ofrecer en relación con nuestro estilo de vida, tan popular en el país.
Además, no debemos olvidar que el mercado de la franquicia en Reino Unido está totalmente consolidado y preparado para recibir nuevas enseñas de origen diferente al británico. La coyuntura económica y el progresivo aumento de la facturación en este sistema animan además al franquiciador a aventurarse por tierras inglesas.
En definitiva, este formato empresarial se encuentra plenamente integrado en la economía británica y se torna como uno de los sectores que mayor crecimiento registrará de cara al futuro, una perspectiva que le convierte en una atractiva oportunidad para las franquicias españolas que deseen expandirse más allá de nuestras fronteras.