Sol Meliá trae elbar Floridita de La Habana a España
Hablar de La Habana es hablar del cóctel-bar más conocido del mundo: el Floridita, un centro de reunión de intelectuales del siglo XIX, que ahora se ha convertido en uno de los puntos más visitados de éste destino. Propiedad del grupo británico Havana Holdings, el Floridita pasó hace unos años a repetirse en otras ciudades europeas como Londres y Moscú y, con su cocina caribeña, sus puros, sus daiquiris y mojitos, aportan entre 3,5 y 9 millones de euros anuales.
A partir de otoño Sol Meliá y Havana Holdings se encargarán de abrir el primero en España. Ambas compañías formarán una joint venture al 50% con un capital inicial de un millón de euros. De momento, abriremos un establecimiento en Madrid de similares características que el Floridita de Londres, pero más moderno en el diseño que el de La Habana, explica Andrew Mancdonald, directivo en la compañía británica. El propósito de las dos sociedades es abrir otros dos en el plazo de 18 meses. Aunque Mancdonald no expuso los lugares dónde serán abiertos, todo apunta a que sean en Madrid, Barcelona y en otras ciudades españolas receptoras de turistas.
Ninguno de los dos socios descartan ampliar juntos el negocio del Floridita en otros destinos de fuera de España. Podríamos sacarlo a otros lugares donde estamos presentes, tanto en Europa como en América, señalan en la compañía de la familia Escarrrer. Pensamos que, por el tipo de producto que es, conectará muy pronto con la cultura española, estando el éxito de la actividad garantizado, afirma Mancdonald.
Havana Holdings es un grupo que se especializa en restauración formado por dos socios: Boisdale, que posee gran cantidad de restaurantes y clubes de Jazz en Londres, y el grupo Conran, que cuenta con restaurantes tan conocidos como el Bibendum o Coq DArgent en Londres, el Álcazar en París o Gustavinos en Nueva York.
El cóctel-bar Floridita se abrió con la llegada del hielo a La Habana. Pronto estos hielos se empezaron a utilizar para enfriar bebidas, así que se abrió un establecimiento que pretendía aplacar la sed de sus habitantes con zumos de frutas, batidos y otras bebidas con alcohol que fueron combinándose con ron ginebra, vermut o coñac. El bar, denominado entonces como la Piña de Plata, pasó a llamarse Floridita ya que sus visitantes eran de Estados Unidos y atravesaban la Península de Floridita.
En 1910, se incorporó un área de restaurantes liderada por el chef francés Lapont, y poco después por un inmigrante español conocido como el Constante, que se hizo cargo de su barra. Debido a su creatividad en la preparación de cócteles, pronto convirtió el Floridita en la catedral de los combinados, principalmente del daiquiri.
En 1953, Esquiere Magazine lo eligió uno de mejores siete bares del mundo. Comenzó a ser visita obligada de los personajes más célebres que iban a La Habana, como Ernest Hemingway, quien lo consideraba su rincón preferido. El Floridita y su daiquiri han sido inmortalizados en la literatura en muchas ocasiones. Todavía el establecimiento recuerda el sabor de la verdad Cuba de entonces. Su estructura sigue fiel, salvo alguna remodelación, mientras que los de Londres, Moscú y Madrid son más modernos en diseño.
Diversificar con ayuda de socios
El convenio al que ha llegado Sol Meliá con Havana Holdings es un ejemplo más de la política de diversificación de la cadena hacia otros segmentos. Hace unos años, cerraba un pacto con el grupo Hard Rock para abrir hoteles con esta conocida marca. Hasta el momento, lleva abiertos dos en Estados Unidos y tiene uno proyectado en Madrid. También cerró acuerdos con Warner Bross para impulsar hoteles familiares. Con Cendant desarrolla proyectos de tiempo compartido y ocio.